Una joven estudiante mercedina de la Universidad de Buenos Aires consideró oportuno dejar algunas reflexiones sobre la política del Gobierno nacional respecto de las casas de altos estudios. Se trata de Juliana Marchetti quien tiene 19 años y estudia Derecho en la UBA. También ha tenido militancia política dentro del espacio de Juntos en nuestra ciudad. “¿Qué perdería la Argentina si se paraliza su mejor universidad?”, se preguntó en el comienzo de su análisis. Bajo el lema “Cuidemos lo que funciona. #SomosUBA”, la Universidad de Buenos Aires inició una acción para esclarecer los hechos sobre la difícil situación económica que está atravesando y llama a la ciudadanía a manifestarse en contra del congelamiento presupuestario, mediante una campaña de recolección de firmas. El problema presupuestario de la institución nace a raíz de la decisión del Gobierno nacional de prorrogar el mismo presupuesto del año 2023 al 2024, registrándose como el más bajo en décadas. A esto se le suma un marco de inflación interanual del 276%, es decir; en menos de un año todo es impagable. Esto produce que la UBA entre en serio riesgo de desfinanciación durante los próximos meses. Hace unos días se anunció desde fuentes oficiales un 70% de incremento para “gastos de funcionamiento de las universidades nacionales”. Sin embargo, no se explica que estos costos operativos a los que apunta la medida, alcanzan solo al 10% de los gastos que debe afrontar la universidad para su normal funcionamiento. Esta situación se agrava si pensamos que la UBA, además, tiene a su cargo más de 71 institutos de investigación y 6 centros hospitalarios que atienden a más de medio millón de pacientes por año. “Esto desemboca, justamente, en que el congelamiento presupuestario redundará en menos clases, menos calidad académica, menos edificios, menos becas, menos servicios en los centros de salud, menos investigación científica y menos seguridad en las facultades. La plata alcanza hasta mayo, ni un día más. Relevan las autoridades y la comunidad UBA”, dice la estudiante de nuestra ciudad.
Igualdad
La joven explica que en nuestro país ocho de cada diez estudiantes eligen formarse en instituciones públicas, la más elegida es (sin dudas) la UBA. “La mayor universidad de Argentina y está considerada uno de los centros de estudios más prestigiosos de América y del mundo. Ninguna otra le llega ni a los talones”, remarca. En medio de la polémica por el congelamiento de su presupuesto, la Universidad de Buenos Aires logró ranquear en las 5 áreas temáticas generales evaluadas por el prestigioso estudio y en una entró en el top 50 a nivel global. Nuevamente obtuvo el primer puesto nacional, poniéndose al frente de las universidades argentinas. El estudio vuelve a posicionar a la UBA en la élite mundial de instituciones de educación superior, destacándola por su excelente desempeño en casi la totalidad de sus áreas de aprendizaje, los procesos de formación docente y la incorporación de nuevas tecnologías en el proceso enseñanza-aprendizaje. Todo esto, complementado con una fuerte política de internacionalización que se traduce en alcanzar los más altos estándares de evaluación mundial. “Cuidar lo que funciona y es reconocido es una tarea de todos. Volvamos al eje de igualdad. Hace días escucho una frase que resuena en mi cabeza y en la de tantos otros jóvenes que nos mantiene en alerta «No todos podemos pagar una universidad privada»”, destacó. “En mi casa decidimos que yo iba a ir a la UBA porque tiene re buena reputación y salida laboral. Y, además, no todos podemos pagar una privada. Me da miedo quedarme sin la opción que elegí para mi educación, que de verdad no pueda haber segundo cuatrimestre, porque es lo que mi familia puede, pero sobre todo es lo que decidí para mí. Son algunos testimonios de estudiantes, no es el que puede pagar, que lo haga”, dice. Acota Juliana que, si nos importa la democracia, “se debe, ante todo, a que le asignamos un lugar importante a la idea de igualdad. Cada persona tiene derecho y merece participar de la educación con un pie de igualdad fundamental como lo es la universidad pública, gratuita y de calidad… Tenemos una democracia renga porque hemos logrado la libertad, pero no hemos logrado todavía la igualdad, que es fundamental, que es esencial en cualquier concepción democrática, dijo Raúl Alfonsín”, concluye Juliana Marchetti.