El pasado lunes la sesión del Concejo Deliberante debió suspenderse y pasar a un cuarto intermedio, luego que la Asamblea de Mujeres Mercedinas Diversa y Feminista, hiciera uso de la banca participativa del Concejo Deliberante para expresarse sobre los “lesbicidios” cometidos en Barracas, pedirle a los concejales que se capacitaran en cuestiones de género y solicitar la retractación de algunas expresiones a los ediles libertarios. A pocos minutos de estar haciendo uso de la palabra la representante de este sector, Belén Rivero, y sin mediar más que las propias expresiones de la misma, los concejales libertarios se levantaron de sus bancas y abandonaron la sesión. Al terminar la ponencia regresaron, hubo reproches desde la barra y se generó un clima de mucha tensión. La concejal Débora Lacasa aseguró que así no se podía sesionar dadas las amenazas que habían sufrido los ediles de LLA, Evangelina Cabral rompió en llanto y en ese marco desprolijo se solicitó un cuarto intermedio para el miércoles siguiente. 

Repercusiones

La decisión de utilizar la banca surgió a partir de que en la sesión anterior los concejales de La Libertad Avanza, más allá de oponerse a los hechos ocurridos en Barracas, hicieron declaraciones “que no solo retroceden en materia de derechos alcanzados por el colectivo LGBTI+, sino que niegan la violencia que vive este colectivo en el país”. En tal sentido plantearon sus quejas porque “no quisieron escuchar… fueron elegidos para escuchar, responder y representar a la ciudadanía, se levantaron en medio de la lectura y se fueron. Acaso eso, ¿no es faltar a su ejercicio como concejales? ¿Acaso eso no es violencia? Sí, es violento, agresivo y discriminatorio”, dijeron tras la fallida sesión. Durante el desarrollo de la misma y en medio de un desconcierto general, la presidenta del Cuerpo, Mariana San Martín, invitó a los presidentes de los Bloques a mantener una reunión a la mañana siguiente para analizar el futuro desarrollo de esta herramienta de participación. Horas después, la concejal Silvia Di Leo, aseguró en redes sociales, que en la sesión se había registrado una situación anómala y grave. “Un insulto a la democracia, a la libertad. Se violó por un grupo de personas nuestro derecho a expresarnos”, señaló. “Es delirante que se use dicha banca para dirigirse a los concejales y exigir nos retractemos por nuestros pensamientos… sobre todo cuando se tergiversan los dichos”, añadió. “Lamento que a esta altura de nuestra historia y de las luchas antidemocráticas vividas, aún existan grupos de personas que lejos de respetar la libertad, además se hagan presentes en nuestro lugar de trabajo, con un discurso violento, cargado de odio y resentimiento a exigir que discriminemos. Intimidarnos. Amenazarnos, insultos de por medio y prohibirnos pensar sin siquiera analizar nuestras palabras ni intentar dialogar para intercambiar parecerse”, remarcó. “Cuando me atacan desde semejante posición de odio y autoritarismo, me dan más fuerza y estos grupos virulentos me desafían a hacer de mi lucha por el respeto al prójimo sea con mayor compromiso”, concluyó Di Leo luego de un lunes atípico. Es oportuno mencionar que fuera del recinto también hubo momentos de tensión entre adherentes a las fuerzas libertarias e integrantes de la Asamblea de Mujeres.

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