Se dio el gusto de correr en los Grandes Premios y el Turismo Carretera dejando una impresionante cantidad de amigos.

Derrapando: Alberto F. Hassan

Con la partida física de nuestro querido amigo “Minino” Emilio Raúl Sampol se va con sus 88 años vividos intensamente haciendo lo que él quería, compitiendo en el automovilismo deportivo siempre bien acompañado por su grupo de colaboradores que compartían vivencias inolvidables.

Tanto lo hemos disfrutado que imposible resulta trasladar al papel todo lo hecho en las carreras de autos, con un inicio increíble en 1966 cuando con un diminuto Isard 700 Número 202, da rienda suelta a su pasión acompañado por Miguelito Boetti en el Gran Premio de Turismo cuando comienza a forjarse una inquebrantable amistad, batallando en los duros caminos de nuestra hermosa Argentina completando el recorrido.

A fines de 1969 se corre el Gran Premio de la Patagonia y ahí está firme “Minino” con quien sería en adelante su inseparable acompañante “Bocha” Novelli, con una pintoresca cupé Fiat 1500 roja, igual a las del equipo oficial con sus grandes pilotos, Emilio Raúl Sampol va con el número 168 apuntalado por sus compinches Carlos Révora, Raúl Huarte, Biti Deluca, Jorge Mosca, Raúl Regueiro, el “Negro” Yantorno y alguno más, con el auto alistado en lo de Novelli en 15 y 18, con mecánica Maratea llegando 12º .

El 14 de abril de 1971 “Minino” se presenta con Juan Thompson en las “30 Horas Citroen” de Buenos Aires, en el autódromo y derechito se va al Turismo Carretera comprando la cupé Torino de “Pino” Volpicina (Sí, el de la tranquera en las 500 Millas) Esa era una cupé Ford número 41. Enseguida le compra el Torino ex Mouras para arribar a la cupé Chevrolet roja del “Negro” Pedernera y como si fuera poco integra la CD de la ACTC comandada por Juan C. Deambrosi y Oscar Aventín, integrando a Derrapando entre los acreditados de la categoría.

Hermosos e imborrables recuerdos de una época de jóvenes, disfrutábamos a pleno con “Minino” y  toda la barra, estrechando afectos con este ser  y en especial como querible que caía bien a todos.

Vienen a la mente las actuaciones formidables de Sampol y Novelli, como las del Gran Premio de la Montaña 1973 en Villa Carlos Paz, con el Torino número 41 y ese séptimo puesto final que fue como un triunfo en caminos de montaña bravos, mezclados con los grandes.

Como si algo le faltara corrió también con Peugeot 404 con preparación de Alberto Gómez (El Mago de Ugarteche), un auto de Turismo Anexo J que volaba, pero se rompía mucho. Con el Chevrolet rojo, luego azul, fue 12º en 9 de Julio (16/9/79), 13º en Tandil en un circuito muy bravo, 15º en La Plata y 13º en Venado Tuerto donde ganó Atauri y “Minino” hizo 229.984 KPH de promedio.

En tanto, en General Pico el día de la Primavera de 1979 iba 6º, ganándoles a los Falcon del “Polaco” Herceg (Gradassi y Traverso) pero el “Chivo” se paró, igualmente clasificó 14º.

Quedan ciento de vivencias con alegrías y decepciones, hecho todo con cariño y pasión, entusiasmo, disfrutando cada momento y pasándolo muy bien.

Es por eso que no podemos pasar por alto aquel homenaje que se realizó hace unos años en Casa Anús donde estuvieron los amigos y colaboradores de “Minino” con la presencia de los máximos directivos de la ACTC, encabezados por Oscar Aventín, Juan C. Deambrosi y Rubén Gil Bisella, que vinieron gustosos, entregando una hermosa plaqueta a “Minino” quien había pedido para el evento tener la conducción de Derrapando, algo que nos enorgulleció y lo hicimos con el corazón a pleno, sabiendo que nuestro trabajo es tenido muy en cuenta por el corredor de autos.

Entre los apoyos  que tuvo Emilio Raúl Sampol queremos destacar a don Pablo Macagno (genio), a Maratea, a la familia Novelli, a Caprio y Amaro, Ronald Delfino, José Vicente, Julio Agosti (p), el “Vasco” Larrondo, el Mercedes Automóvil Club con Luis L. Bandoni a la cabeza, con otros que quedan afuera hoy pero estuvieron siempre en el corazón bueno de nuestro querido amigo “Minino” Sampol.

Como no puede ser de otra manera, nuestro más emotivo recuerdo para Leonor Révora su querida esposa (Record de aguante) que lo bancó en todas, mostrándose como una gran mujer y excelente persona, como sus hijos que lo aman, Verónica, Eleonora y Sebastián, que lo han mimado tanto, como así también a su voluminosa familia para quienes “Minino” no ha muerto, se fue a correr el Gran Premio con sus amigos que tanto lo quieren.

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