La diputada nacional oriunda de Mercedes, Sabrina Selva, junto a otros legisladores de diferentes fuerzas, presentó un proyecto de ley que busca modificar las velocidades máximas en calles y avenidas de las diferentes ciudades de la Argentina. La presentación efectuada en la Cámara Baja indica que tradicionalmente se priorizó, tanto en el diseño de la infraestructura vial como en la normativa, la circulación de la mayor cantidad de vehículos posibles a la mayor velocidad posible, a costa de la seguridad de quienes habitan las ciudades. “En las calles y avenidas se encuentra la mayor cantidad de usuarios vulnerables, cuyo cuerpo está desprotegido y expuesto a velocidades y fuerzas de choque que no puede tolerar”, destacan los legisladores. En tal sentido mencionan que la Coalición Argentina de Movilidad Segura, junto a decenas de organizaciones de la sociedad civil, expertos, activistas, periodistas e instituciones, ha realizado diversos estudios a fin de establecer velocidades máximas seguras en las vías urbanas del país. “Este proyecto es la síntesis de años de trabajo y esfuerzo por parte de las organizaciones de la sociedad civil argentina, alineados con las buenas prácticas internacionales para promover velocidades seguras a nivel nacional, provincial y local”, añaden. Para los diputados, la velocidad es uno de los factores más influyentes en la siniestralidad vial, aumentando las probabilidades de sufrir un siniestro y la severidad de las lesiones resultantes de cualquier impacto. Adicionalmente, la velocidad de circulación agrava los efectos de otros factores de riesgo, como el consumo de alcohol en el tránsito o las distracciones. “Está ampliamente aceptado por numerosos estudios que bajando tan solo un 5% la velocidad media, se pueden reducir un 20% la cantidad de siniestros viales con víctimas fatales”, mencionan. En tal caso sería pasar de 40 a 30 en calles y de 60 a 50 en avenidas. Agregan que es común el temor en la sociedad, de que al reducir las velocidades aumenten los tiempos de viaje. Sin embargo, mientras la velocidad máxima actual en las calles argentinas es de 40 km/h, la velocidad promedio de circulación en las grandes urbes como la Ciudad de Buenos Aires se encuentra alrededor de los 24 km/h, según datos tomados en tiempo real relacionados a los tiempos de traslado. Asimismo, las velocidades bajas en contextos urbanos tienen numerosos beneficios que mejoran la calidad de vida de sus habitantes en términos de contaminación ambiental. Es importante mencionar que, en caso de aprobarse la pretendida norma, dentro de su articulado se prevé la invitación a los Municipios, a las Provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a adherir a la misma.

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