El pasado martes 30 de julio no fue un día más para la Universidad Nacional de Luján dado que en la oportunidad celebró el 40 Aniversario de su Reapertura, en un acto que reunió en la Sede Central a la comunidad universitaria con representantes de los municipios de la zona de influencia de la UNLu y autoridades educativas nacionales y provinciales. La UNLu nació en tiempos de dictadura, en el año 1972, esos tiempos de Onganía y Lanusse. Transcurrió los siguientes años con un proyecto de crecimiento hasta que, en 1980, ya con Jorge Rafael Videla como presidente de facto, fue cerrada. El único establecimiento de educación superior en Argentina que dejó de funcionar, cuyo anuncio oficial pudo confirmarse a través de una cadena nacional del ministro de Educación de aquellos días, Juan Rafael Llerena Amadeo. Toda una sorpresa para una comunidad que no salía de su asombro y estupor. Las hipótesis en torno a este suceso son variadas. Lo cierto es que la dictadura se despidió en 1983 y con al advenimiento de la Democracia se logró su reapertura, acto que aconteció un 30 de julio de 1984 con la presencia del por entonces presidente, Raúl Ricardo Alfonsín. Tras cuatro décadas y en una fría mañana, celebraron lo que se consideró un día de fiesta y no una conmemoración. Buena cantidad de vecinos, universitarios, egresados, autoridades y medios de comunicación, fueron testigos del acontecimiento. Fueron los responsables de los centros de extensión los que se expresaron en el comienzo. Uno de ellos hizo notar que entre las razones por las cuales la UNLu estuvo cerrada fue porque permitió que en ella pudieran estudiar trabajadores y los hijos de los obreros. Todo acontecía ante la presencia del Subsecretario de Políticas Universitarias del gobierno nacional, Alejandro Álvarez, quien lejos de ausentarse, decidió ponerle el pecho a la situación en primera fila mientras las alocuciones transitaron algunos pasajes críticos hacia los escenarios actuales.

Panessi

El rector de la Universidad, Lic. Walter Panessi procedió al simbólico cambio de paño de la Bandera Nacional y precisamente su izamiento se concretó junto al subsecretario de Políticas Universitarias de la Nación, quien no puso reparos en acercarse al mástil. Tras la lectura de adhesiones de diferentes universidades y sindicatos docentes y nodocentes, hicieron uso de la palabra los responsables de las diferentes sedes de la UNLu y también de las correspondientes comunas. Panessi expresó su emoción por el gran acompañamiento y agradeció “a quienes nos acompañan en cada uno de los proyectos, siempre en la lucha por una Universidad inclusiva”. Luego trazó una línea de tiempo del desarrollo del sistema universitario argentino, la supresión de los aranceles en 1949, la creación de nuevas casas de estudio y la expansión de la matrícula hasta la creación de la UNLu en 1972. En ese punto, señaló el carácter innovador de la Universidad por su estructura departamental, sus nuevas carreras, su alcance regional y la posibilidad de cursar estudios a distancia, entre otras características que marcaban su impronta. Entonces refirió al cierre anunciado en diciembre de 1979 por el ministro de Educación de la dictadura y a la reapertura protagonizada por el presidente Raúl Alfonsín, a quien citó: “Este es un acto de la democracia en el que le damos gracias a la comunidad educativa de Luján”. En el cierre de su discurso, el rector se refirió al presente de la UNLu. “Comenzamos el año con mucha incertidumbre”, advirtió y señaló que “después de la marcha multitudinaria en defensa de la educación pública, algunas cosas mejoraron”. Allí confirmó que los gastos de funcionamiento llegaron, pero que solo era un punto de los cinco que se habían reclamado oportunamente tales como becas estudiantiles, salarios de docentes y nodocentes y fondos para infraestructura. “Nuestro objetivo es hacer más grande a la UNLu, estamos orgullosos de nuestra Universidad”, afirmó. El actual rector no olvidó mencionar a otros dos mercedinos que supieron estar en el rectorado, como el caso de Antonio Lapolla (tres períodos) quien tuvo el desafío de afrontar los tiempos de pandemia, y Amalia Testa, quien asumió el mismo día en que el presidente De la Rúa dejaba el gobierno en helicóptero. En el cierre de la actividad, los participantes inauguraron una escultura alegórica denominada “Futura”, se sumaron a una suelta de globos verdes con mensajes alusivos.

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