(*) Los políticos de los partidos del poder y las representaciones sindicales que históricamente han traicionado a quienes dicen defender, habiendo hecho jugosos negocios con estas gestiones, como regentear cajas del sistema de jubilación por capitalización (cuando se alistaron en las AFJP), o se asociaron en el proceso de Privatizaciones, hoy militan activamente por el adormecimiento de la clase obrera y las familias trabajadoras, principales usuarias del tren. Ante la pasividad de estos tiempos, vale comparar con la rebelión obrera ferroviaria que en 1989 pasó por arriba de sus dirigentes, protagonizó un histórico proceso de asambleas de base, reaccionó a una provocación con una huelga de 90 días y militó por una activa movilización de los pueblos logrando la defensa del tren, durante tres años, hasta la gran derrota del cierre operativo de los ferrocarriles y la transferencia a grupos concesionarios, cuando todo el arco político se cerró contra el pueblo detrás del negocio de las privatizaciones. En el detalle de las resoluciones recientes para los trenes, para los colectivos, para la educación, para la salud, la camarilla Libertaria de Milei comienza una novedosa etapa de ajustes del ajuste, porque ya cuenta con el apoyo expreso de los gobernadores, las cámaras patronales y la CGT, la CTA, quienes nuevamente asisten a una nueva Mesa Tripartita en la embajada de Estados Unidos.  Curiosamente y al mismo tiempo, a las confesiones del ministro Caputo sobre los vencimientos de pago de Deuda Externa y corrimientos de la Deuda Pública, mientras se pauta esa profundización del ajuste, se fijan los tarifazos, y el recaudar de los perversos impuestos al consumo, se decide el nuevo financiamiento del aparato de Inteligencia, la compra de tecnología para las Fuerzas Armadas y se anuncia meter a la Argentina en la OTAN para formar parte de un Mundo que se desangra en Guerra. En defensa de los trenes hay que retomar de la experiencia de lucha más elevada, pues quienes planifican una mayor precariedad y detrimento, han logrado adaptar tras de sí hasta estructuras adjuntas a gremios de izquierda y organizaciones sociales de toda índole, que lejos de denunciar las sistemáticas entregas y complicidades, consume todo el tiempo en el que se debería estar debatiendo la perspectiva de una Huelga General (para exigir todas las necesidades demandadas), en ámbitos legislativos, ejecutivos o judiciales, por pasillos sin salida, que no hacen más que garantizar a Milei la continuidad de su mandato a la espera de las lejanas elecciones, mientras las necesidades y los derechos deambulan por esos pasillos sin salida, cual si se maniobrara hacia una vía muerta.

 (*) Walter AltavistaExsecretario seccional de Señaleros Ferroviarios línea San Martín y actual referente de Política Obrera

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