Finalmente, el pasado lunes la incertidumbre se convirtió en una triste certeza. Alrededor de 40 trabajadores de la firma Flugel (ex Nicotex) fueron notificados en el comienzo de la semana que ya les estaban enviando los telegramas a sus domicilios, por cuanto no podían ingresar al establecimiento textil ubicado en la Avenida 40.
Advertidos de esta posibilidad, en horas tempranas de la mañana, tuvieron la compañía de diferentes sectores. Además de los representantes sindicales de las organizaciones del sector como AOT y SETIA, se acercaron representantes de la CGT Regional, concejales, dirigentes de otras fuerzas y el delegado regional del Ministerio de Trabajo, quien horas más tarde recibiría a las partes en una nueva audiencia. Aunque esta vez con los despidos consumados.
La empresa ya había expuesto razones de fuerza mayor. La orden de desalojo que pesaba sobre la fábrica, producto de los desaguisados de la fallida Guilford, arrastraba a esta firma. Pero no era una sorpresa instantánea dado que cuanto Nicotex aterrizó en la vieja Ducilo tenía en claro que los papeles no estaban tan en orden. Prueba de ello es que dieron continuidad productiva con las propias máquinas de Guilford que estaban embargadas por Pionner, la división agraria de la multinacional que era dueña de esa fábrica. “Sabían el riesgo empresarial que corrían”, dijeron esa mañana en la puerta de la planta.
De allí que esos argumentos para los afectados de manera directa, es decir los despedidos, no eran atenuantes, sino la consecuencia de una situación que parecía tener fecha de vencimiento concreta. Puede que el mandamiento judicial haya acelerado el proceso, pero no lo hubiese frenado de no haber llegado aquella notificación.
Negociaciones
Ya con los telegramas en viaje y la audiencia pendiente, las negociaciones empezaron a encaminarse hacia un acuerdo definitivo o un conflicto de mayor consideración. Algunos de los trabajadores afectados ya habían vivido situaciones similares como textiles en Karavell y Guilford. Tenían bastante en claro que el intento de una negociación razonable era una vía más directa que un corte de calle o una olla popular.
Flugel comenzó citando el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo a los efectos de pagar el 50 por ciento de esas indemnizaciones por las razones de fuerza mayor que intentaba justificar. Pero el rechazo de la oferta fue unánime. La decisión llevó a un cuarto intermedio para el miércoles. En el nuevo encuentro se ofreció elevar los montos indemnizatorios al 70 %, propuesta que también se topó con otra negativa.
La situación comenzó a destrabarse cuando se llegó a un 80 por ciento, que, si bien también tuvo rechazo de las asociaciones sindicales, se aceptó tras una asamblea de la que participaron los trabajadores. La empresa también pidió poder pagar en cuotas de acuerdo a los montos (2, 3 o 4 cuotas en pocos casos). Acercadas las posturas, se estableció una audiencia para el viernes ya para sellar el entendimiento. No obstante, revisadas las liquidaciones efectuadas por la empresa, se hallaron diferencias de montos. Los empresarios pretendían liquidar con una paritaria vieja, mientras que el gremio consideraba justo hacerla con una actual a la que le estaba faltando la homologación ministerial. La empresa accedió. Nuevo cuarto intermedio desde el viernes a este lunes.
En horas de la mañana de este lunes el acuerdo se estaría firmando a las 9 de la mañana y una vez concretado el paso administrativo pertinente, en 48 horas se estaría depositando el primer pago, quedando pendiente las cuotas acordadas.
La crisis de la industria textil también jugó su papel, aunque en Mercedes Flugel tiene razones particulares que se suman a las generales y obligan a este epílogo indeseado. Prueba de ello es que la ex Nicotex tiene otra planta en Beccar (San Isidro) que funciona sin mayores sobresaltos y no afronta situaciones de conflicto.
El Partido Obrero marcó solidaridad con los trabajadores
El Partido Obrero de Mercedes expresó su solidaridad con los obreros y obreras de la ex Nicotex. En un comunicado de prensa aseguraron que el enorme ajuste sumado a las políticas de desindustrialización que lleva a cabo el Gobierno de Milei está impactando en nuestra ciudad, con las primeras consecuencias a la vista. “A esto se le suma la certeza de que, siguiendo la línea de los libertarios, frente a los despidos y la fuga de los empresarios, el Estado no debería actuar para asegurar, como mínimo, el pago de las indemnizaciones que los trabajadores están exigiendo”, decían a mediados de semana.
Acotaron que, en Mercedes, “contamos con una larga experiencia en cierres y fugas de estos “héroes”. Pasó con Dupont y más tarde con Guilford. En todas esas situaciones, el Gobierno municipal jugó un rol pasivo, lo cual, sumado a la línea oficial a nivel nacional, nos adelanta el desenlace de esta opereta patronal”.
Además, remarcaron que, en esta coyuntura, “el cierre de Karavell y la suspensión de los trabajadores de Borroni – quienes se encuentran en un proceso de suspensión laboral con percepción de salario reducido – agrava aún más la situación laboral en nuestra ciudad. Por esto, la solidaridad de todos los trabajadores de la ciudad para con los compañeros y compañeras de la ex Nicotex es una herramienta vital para impedir que la historia se repita”.