El Instituto Tecnológico de Buenos Aires realizó un relevamiento a nivel nacional donde sostiene que 4 millones de argentinos ingieren agua con alto contenido. El mapa de riesgo pone a nuestro distrito en zona complicada. Desde el Municipio destacaron que el agua de la red no tiene problemas para el consumo.

No es la primera vez que el tema de la calidad del agua en nuestro distrito genera preocupación. En más de una oportunidad se han llevado adelante debates y hasta realización de análisis por parte del Municipio para llevar tranquilidad a la comunidad.

Ahora, en un trabajo llevado adelante por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), se detectaron datos preocupantes sobre la calidad del agua en Mercedes. De acuerdo a este trabajo, la última medición, realizada en diciembre de 2024, mostró una concentración de 98 partes por billón (PPB), casi duplicando el límite considerado de riesgo que se establece en 50 PPB.

Esta herramienta de monitoreo, liderada por los doctores Jorge Stripeikis y Jhon Alejandro Ávila, ha identificado un corredor crítico a lo largo de la Ruta 5, que incluye localidades como Suipacha, 9 de Julio, Bragado, Casares y Trenque Lauquen. El problema no se limita a esta región: afecta aproximadamente al 70% del territorio bonaerense.

“La contaminación por arsénico es mayoritariamente natural y obedece a fenómenos que se produjeron hace millones de años cuando se levantó la estructura de lo que hoy conocemos como la Cordillera de los Andes. En nuestro país, las áreas geográficas más damnificadas con este fenómeno son el 70 por ciento de la provincia de Buenos Aires, particularmente lo que es el corredor de la Ruta 5, como son las localidades de 9 de julio, Bragado, Casares y Trenque Lauquen, y también zonas aledañas a Mar del Plata. Además, se encuentra en todo el sur de Córdoba y Santa Fe y en La Pampa y Mendoza. En el norte, en particular Tucumán, Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa”, detalla Stripeikis.

Lo datos indican que la creación de un mapa colaborativo comenzó en 2011, impulsada con el apoyo de la ONG Nutrired. El equipo recibía muestras de agua enviadas por la ciudadanía, analizaba los niveles de arsénico y brindaba una devolución personalizada, mientras incorporaba cada vez más datos al mapa nacional. Actualmente, el proyecto cuenta con cerca de mil muestras.

Esta iniciativa se vio interrumpida primero por la pandemia y luego por la mudanza del laboratorio. Ahora, el equipo está relanzando el mapa y renovando el llamado a la población para que colabore enviando nuevas muestras. Cualquier persona puede contribuir enviando muestras de agua al Laboratorio de Ingeniería Química y Medio Ambiente (LIQMA), ubicado en Iguazú 341, Ciudad de Buenos Aires.

El mapa utiliza una escala de colores para representar los distintos niveles de concentración de arsénico en el agua. Las zonas marcadas en verde corresponden a muestras que no superan el límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece un máximo de 10 microgramos de arsénico por litro de agua, equivalentes a diez partes por billón (PPB). Las áreas en amarillo indican concentraciones entre 10 y 50 PPB, mientras que las regiones en rojo superan los 50 PPB.

El agua de red no tiene arsénico

A partir de la noticia, consultado por Protagonistas, el secretario de Servicios Públicos de la Municipalidad, Luis Ponce, sostuvo que si bien había tomado conocimiento de esta información, no cuenta con datos ciertos sobre las muestras analizadas.

En ese sentido llevó tranquilidad a la comunidad refiriendo que el agua de la red no tiene ningún tipo de problema para ser consumida por la población. Todos los lunes, tomada una muestra, se concreta un análisis del agua, y hasta el realizado el pasado lunes, no hay inconveniente alguno.

Para el funcionario habría que tener datos de las muestras que se marcan desde el mencionado instituto y sobre los lugares y profundidades en que se extrae el agua. La que se provee a través de la red surge de los pozos que tienen una profundidad de 70 metros.

De esta manera también lleva a conjeturar que aquellas personas que cuentan con bombas sumergibles, que habitualmente se encuentran a partir de los 13 o 14 metros de profundidad, deberían tener datos sobre el agua.

https://mapa-de-arsenico.web.app

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