El montañista mercedino cumplió su sueño tras años de preparación y una expedición de 13 días, marcando un hito personal en su trayectoria.
Luego de un arduo entrenamiento y una expedición que puso a prueba su resistencia física y mental, el montañista mercedino David Moyano logró alcanzar la cumbre del Aconcagua, el pico más alto de América. La hazaña, que culminó en una última etapa de ascenso de 12 horas y un descenso de 7 horas, representa para Moyano la materialización de un anhelo que lo impulsó a dedicar años de su vida a la escalada.
«La verdad que nada, una satisfacción enorme porque justamente es algo que siempre quise apuntar», expresó Moyano.
La preparación para esta travesía fue intensa y exhaustiva. Según relata el montañista, el entrenamiento físico comenzó en agosto y culminó a mediados de diciembre, consistiendo en correr y hacer cambios de ritmo. La hidratación también jugó un papel crucial, con el consumo de al menos 3 litros de agua diarios. Además, un mes antes de la expedición, Moyano ajustó su alimentación para incluir alimentos de rápida digestión, priorizando opciones nutritivas y energéticas.
El ascenso al Aconcagua no fue el primer intento de Moyano en esta montaña. Hace nueve años, alcanzó el segundo refugio, Plaza de Mulas, pero no logró llegar a la cima. Esta vez, con más experiencia y preparación, el montañista superó ese desafío. El recorrido total de la expedición duró 13 días, con paradas estratégicas para la aclimatación.
La ruta incluyó una noche en Confluencia, cinco noches en Plaza de Mula, una noche en Canadá y cinco noches en Nido de Cóndores. El plan original fue modificado con una noche extra en Canadá para ayudar en la aclimatación, Moyano se sintió físicamente bien hasta la cumbre. Sin embargo, el grupo que inició el ascenso fue de 30 personas, y solamente 10 llegaron a la cumbre, mostrando las dificultades de la expedición.
Además del Aconcagua, Moyano ha escalado otras montañas importantes en Sudamérica, como Lanín, Mullo y Tronador en Argentina; Villarrica, Ozorno, Pantojo y Puntiagudo en Chile; Tarija, Alma Blanca, Pequeño Alpamayo, Condoriri y Boina Potosí en Bolivia; y Urus, Ishinca y Tocllaraju en Perú, entre otras. Estas experiencias previas sin duda fueron cruciales para su éxito en el Aconcagua.
A pesar del éxito, la expedición tuvo sus desafíos. Moyano sufrió principios de congelación en los dedos de los pies, lo que le ocasionó una pérdida de sensibilidad que requerirá alrededor de seis meses para recuperarse. «Subimos con 35 grados bajo cero a la cumbre, así que nada, al cuerpo, la verdad que si no lo mantenés en movimiento, pasan estas cosas… me dijeron los médicos que esto va a durar unos seis meses, hasta que vuelvan a la normalidad mis dedos», explicó el montañista. No obstante, resaltó el hecho que: “hasta la cumbre llegué de diez”
Con la satisfacción de haber conquistado el Aconcagua, Moyano ya tiene nuevos objetivos en mente. Su próximo desafío es completar la «Ruta de los Seismiles » en Argentina, que incluye montañas como Piscis y Mercedario entre otras, ubicadas en provincias como Catamarca y La Rioja. Estas montañas, si bien son más técnicas y de menor altitud que el Aconcagua, presentan un nuevo tipo de desafío para el montañista.
Recibimiento del intendente
El intendente Juan Ignacio Ustarroz recibió la visita de David Moyano, y al respecto refirió que “David es un ejemplo de esperanza, de amor y de compromiso”.
Moyano, que trabaja en la estación de servicio YPF ubicada en la esquina de 29 y 18, formó parte de una expedición que alcanzó el “techo de América” (6.962 metros de altitud) con el objetivo de generar conciencia sobre la distrofia muscular, una enfermedad genética que afecta a miles de personas y especialmente a niños.
El hecho tuvo resultados inmediatos: un laboratorio estadounidense se comprometió a ampliar sus investigaciones para encontrar una cura.
En la construcción de su travesía contó con el apoyo de Omar “Pelusa” González, de All Boys Solidario, quien consiguió la participación del Ejército, de Gendarmería.
“La montaña merece respeto y sobre todo el Aconcagua, que es el techo de América. Cada tramo de la escalada tiene su dificultad y encima tenés todo el peso de los equipos, la mochila… Pero lo hicimos bastante rápido para lo que son este tipo de aventuras. Y cuando llegamos a la cima… no sé… es difícil explicar la sensación. Se te caen las lágrimas, se te pasan un montón de cosas por la cabeza. Es maravilloso, la verdad es que uno está como perdido en ese momento y en ese lugar”, sostuvo un emocionado David Moyano, junto al jefe comunal.
Ustarroz agradeció a Pelusa “por la enorme lucha que viene dando”. “Es muy movilizador lo que ellos hacen, y llegar a la cima del Aconcagua es una hazaña prácticamente. Que un trabajador y vecino de nuestra ciudad haya logrado esto es emocionante. Hay que darle muchísimo valor a este gesto porque lo tiene”, dijo el intendente.