Discapacidad, situación del Garrahan, Universidad de Madres de Plaza de Mayo, fueron algunos de los temas que dispararon los debates. Pero en cada uno de ellos hubo cruces fuertes y acusaciones por viejas rencillas. Un resumen de lo acontecido.

El Honorable Concejo Deliberante sesionó el pasado lunes en uno de los debates más picantes del período. Tras aquella sesión en la que no había demasiados proyectos presentados y duró menos de una hora, en esta oportunidad el encuentro se extendió hasta pasadas las 11 de la noche y duró alrededor de cuatro horas.

Si bien el desarrollo estuvo más atravesado por situaciones de alcance nacional, se evidenciaron fuertes diferencias, especialmente en la oposición que aprovechó algunos pasajes para pasarse facturas atrasadas. El radicalismo fue el principal blanco de los libertarios, tanto “originales” como “blue”. Claro que la UCR devolvió contragolpes. Por su parte el oficialismo de Unión por la Patria cargó duro contra las políticas libertarias.

A poco de haber comenzado la reunión se trataron los Despachos Divididos que eran dos y uno de ellos se relacionada con la irregular auditoría que el Gobierno nacional pretendía llevar adelante en Mercedes por pensiones no contributivas por invalidez. La concejal Andrea Bozzini explicó la realidad, argumentó la decisión del Juzgado Federal que determinó la suspensión de la misma y pidieron que se revea la metodología aclarando que no estaban en contra de los controles que pudieran realizarse.

La concejal Silvia Di Leo cuestionó el mandato que proponía el proyecto respecto de “rever”, argumentando que cuando presentaban un proyecto no tenían porqué decirle al Ejecutivo lo que tenía que hacer. El debate siguió y el proyecto fue aprobado por la UCR y el oficialismo. Primer encuentro, primer desencuentro.

Al siguiente expediente los libertarios presentaron un proyecto sobre el arreglo de calle 25 entre 30 y 32 donde proponían en un artículo que había que repavimentar, bachear, entre otros detalles. La presidenta de la bancada de UxP no dejó pasar la ocasión para retomar un reciente cruce, “ninguno es ingeniero para plantearle al Ejecutivo cómo tiene que hacerlo”. El clima iba subiendo la temperatura.

Mauricio Pollacchi acusó recibo de cómo dirigirse al Ejecutivo, y señaló, “si les parece bien y se van felices es algo que les puedo otorgar”, ante el pedido de quitar ese artículo.

Poco después llegaría otro proyecto donde se iba a debatir el conflicto del Hospital Garrahan. Había dos planteos que fueron unificados. Uno del radicalismo y otro de Unión por la Patria.

Daniel Ivaldis encendió la mecha diciendo que si bien los problemas de la salud pública son de larga data, la llegada del presidente Milei agudizó todos los problemas que existían, “lo que pasa en el Garrahan es un ejemplo de esto”.

Marcando diferencias con los libertarios, el titular de la bancada de la UCR añadió que siempre les dicen, que son distintos, “no son mejores”, afirmó. Tras ello intentó colar problemas internos de sus exsocios y los acusó de no ser nada cuando definió los sectores representados en el cuerpo.

Gustavo Mangoni, ahora libertario, pidió la palabra para apuntar a los radicales. “Como cada lunes la UCR presentando sus proyectos para cuestionar a Milei. Estos concejales aplaudieron a Milei cuando ganó”, les dijo. Defendió la decisión sobre el Garrahan y entre otros conceptos se le escuchó, “empecemos por lo importante, tenemos que conseguir equilibrio fiscal para asistir a los que necesitan…”. Daba la sensación que el radicalismo estaba de turno. Pollacchi en ese debate, al referirse a ellos los mencionó como el Partido Rojo, definió a Ivaldis como una especie de actor de teatro haciendo puestas en escena y habló de hipocresía organizada.

Aida Laporta recogió el guante y aclaró que la UCR va a saludar al ganador de una elección por una cuestión de respeto. Pero atendió a Mangoni, “me extraña que un concejal y profesional de la salud, que trabaja en un centro de rehabilitación, no acompañe el proyecto de discapacidad”.

Villoslada retomó su alocución para decir que en el Garrahan no sobra nadie y remarcó que, si bien es un tema nacional, la Secretaría de Salud de Mercedes había realizado en 2024, 174 traslados al Garrahan en combis o camionetas con familias de esta ciudad.

Se generaron murmullos y cruces que generaron la intervención de la Presidencia para poner orden. Cuando se calmó la situación, Ivaldis justificó la decisión de haberse separado de lo que era el PRO, los acusó de haberse estado riendo cuando trataron los temas de salud y los acusó de arrogantes.

Los pases de facturas siguieron. Los libertarios “blue” presentaron un proyecto para manifestar el beneplácito por la creación de la línea *910 que es para bloquear el celular en caso de robo. Lo presentó Marcela Munarriz como un logro de Bullrich. Di Leo expresó que le hubiese gustado que hablen del Gobierno nacional en vez de la ministra y aprovechó la oportunidad para aclarar, “nosotros somos el bloque original… no estamos todos juntos”. El oficialismo añadió que estaba muy baja la vara al presentar un proyecto por un funcionario que propicia una política pública, “no hacemos eso cada vez que Juani hace algo”, dijeron.

Seguiría luego otro proyecto presentado por el oficialismo relacionado con la intervención de la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo. Al exponer Lucila Villoslada fue enérgica sobre el particular y también mencionó otras cuestiones. Hasta le pidió a Di Leo que la respete como una señora mayor que era. Subiendo el tono aseguró la joven de Unión por la Patria que el objetivo del gobierno era seguir persiguiendo a cualquier persona que no piensa como ellos “no están gobernando, sino persiguiendo al que piensa diferente…”. Pero ese murmullo de la concejal libertaria la enervó, “ustedes se levantaron un día y dijeron armemos un Gobierno en contra de los K, no construyeron un puto pensamiento propio, están gobernando por otros intereses políticos que no son de la gente… se juntan en un partido, se juntan con otro, se pelean por un cargo. Qué les molesta, dejen de perder el tiempo persiguiendo y pónganse a gobernar para la gente”, disparó.

Obviamente Di Leo defendió y justificó porqué no iban a acompañar el proyecto y los minutos seguían corriendo. Iba a quedar tiempo para algo de Paka Paka y ya algunos no ocultaban su cansancio y sus deseos de dar por terminada la sesión. “Se quejan porque están 3 horas cada quince días, si están cansados pueden irse”, dijo Ivaldis en medio de un pasaje desprolijo de una extensa sesión. El año electoral se empieza a notar con mayor nitidez.

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