El Padre Hernán López lleva algunos años al frente de la parroquia San José. Sus posicionamientos públicos respecto de determinados temas, y sus acciones, han mostrado un fuerte compromiso social. Lo que en el acto de Malvinas suele ser una simple oración, esta vez incluyó reflexiones un tanto más jugadas. De allí que cuando concluyó el encuentro, Protagonistas dialogó con el sacerdote, quien recordaba que, a mediados de la década del 80, cuando él asistía a la escuela primaria, “iban a la escuela unos hombres raros, con vestimentas, barbas, que parecían hasta medios tocados, como pordioseros, pidiendo perdón y permiso para venir a contarnos que habían estado en una lucha por un cacho de tierra que se llamaba Malvinas. Gracias a que mantuvieron esa memoria, aun pidiendo permiso y perdón al aula, mantuvieron la memoria viva y gracias a esa memoria y ese compromiso, hoy todos los que estamos acá nos dicen 2 de abril y sabemos que es Malvinas. Me pregunto qué camino hubiese tomado la vida de esos excombatientes si eso no hubiese sucedido”, remarca. Es que el presbítero incluyó en sus reflexiones la palabra Memoria, en este acto de Malvinas, pero también cercano al 24 de marzo. Consideró en sus declaraciones a este semanario, que difícilmente alguien pueda acompañar la reivindicación a Margaret Thatcher por parte del presidente de la Nación, “quiero creer que es así. Habrá alguno, seguramente. Pero es importante que no perdamos esa memoria activa y que sea una memoria agradecida, que hayan golpeado la puerta de una escuela, del despacho de un diputado para que recién en el año 2000 se le dieran derechos y reconocimiento es tener memoria, si se pierde la memoria se pierde la vida del pueblo”, agregó.
Pañuelo
Hace pocos días se produjo un debate en el Cuerpo Deliberativo en torno al tótem ubicado en el ingreso a la ciudad, donde se observa el pañuelo de Madres y Abuelas como símbolo de lucha en tiempos del gobierno de facto. “Cuando hablamos de la memoria del 24 de marzo también hablamos de atrocidades de personas guerrilleras que murieron, pero fue el Estado del otro lado, y el Estado no está para matar a nadie, sino para cuidar a sus ciudadanos, y si esos se equivocan a través de la Justicia debe darle una pena, y que la cumpla en una cárcel. No una pena de muerte y sin juicio, decidida a dedo. Ninguno de los que murió, murió justamente, por más que haya hecho lo que haya hecho, todos merecemos recibir un juicio”, reflexionó. Incorporando conceptos de la propia Iglesia, el Padre Hernán remarca que, en el catolicismo, “la Iglesia, cada vez que hace la eucaristía hace memoria de lo que hizo Jesús, que dijo hagan esto en memoria mía, para nosotros como Iglesia tener memoria activa de lo que hizo Jesús… no hay ninguna controversia con la palabra memoria, alguien que le quiera buscar la quinta pata al gato… la memoria activa es esencial para construir una patria de hermanos”. Finalmente, y sobre el pañuelo de la polémica sostuvo, “vivimos en un país de libertad, donde si hay alguien que quiere traer a la memoria un hecho a través de un pañuelo o alguien un hecho a través de un fusil quebrado o doblado puede hacerlo. Los pañuelos representan a esas mamás o abuelas que hicieron memoria incansable para encontrar un hijo o un nieto, o aquellos que se esforzaron y se esfuerzan para que las cruces que están allá en Malvinas tengan un nombre y apellido. Si no hay memoria eso no pasa, y se genera controversia… apelemos a los dichos populares, porque si hay ladridos es señal que estamos cabalgando”, concluyó.