(A seis años de tu ausencia física, este es mi humilde y sentido recuerdo, a modo de homenaje para vos papá, o Agustín, o Cachito, como muchos te conocían)
Mi papá transitó parte de su niñez y toda su adolescencia con las responsabilidades de un adulto, brindándole siempre apoyo a sus mayores.
Fue alguien que tuvo un sueño: aprender, superarse y formar una familia a la que nada pudiera faltarle.
Era quien todos los días salía de casa muy temprano y en el más absoluto silencio, para no despertarnos.
Era quien los fines de semana nos desenredaba el cabello a Ángeles y a mí (cosa que no me gustaba) y nos llevaba a jugar a la placita.
Era quien usualmente preguntaba cómo nos había ido en la escuela, el que mostraba con orgullo nuestros boletines, el que en varias ocasiones me tomó la lección… El que pedía permiso para salir del trabajo y poder vernos en los actos escolares. Y allí estaba, infaltable, parado al fondo del salón de actos.
La misa de los domingos cuando éramos pequeñas, las cenas en familia y la oración, todos juntos, al terminar el día.
Mi papá era las vacaciones que tanto le gustaba planificar, hasta que fuimos creciendo y dejamos de acompañarlos.
Era quien no se perdía ningún partido cada vez que los colores rojo y blanco salían a la cancha, como también el que no podía evitar emocionarse al mirar alguna que otra película.
Amaba su trabajo y continuó prestando servicios ad honorem después de haberse retirado.
Mi papá vivirá siempre en cada recuerdo que vuelve a mi memoria. De carácter firme, era prudente y suave, elegante al hablar, como lo definió alguna vez Jorge…
De pocas palabras pero de grandes obras que realizaba con discreción, varias de las cuales tomé conocimiento cuando ya no estuvo entre nosotros.
Se fue una mañana, en silencio; igual que como vivió. Se fue paseando, algo que le encantaba hacer.
Me hubiese gustado tener con él un trato de mayor confianza, habernos conocido y entendido más y mejor. Poder verlo disfrutar más de la familia a medida que ésta iba creciendo.
Hoy lo siento más cerca que nunca, con una mayor comprensión, porque puede verme todo el tiempo con otros ojos: los del alma.
Sé que no colmé exactamente todas sus expectativas, pero hoy le pido que sea mi guía y mi sostén junto a mamá y que velen por todos nosotros.
Así era mi papá, el que jamás permitió que nada nos falte y tanto tiempo dedicó a esa tarea.
Hoy, 4 de noviembre, estaría cumpliendo 89 años…
Feliz cumple, papi! Besos al cielo!
Merce
4/11/24