Con casi 200 milímetros de lluvia en la ciudad, y algo más en la vecina localidad de Suipacha, hubo anegamiento de calles y el desborde del Río Luján provocó la evacuación de vecinos. Algunas familias se vieron obligadas a autoevacuarse. En consecuencia, la atención y la solidaridad de muchos vecinos.
Una vez más, nuestra ciudad enfrentó en los últimos días un intenso temporal de lluvias que provocó el anegamiento de calles, caminos rurales, y el desborde del río Luján, desencadenando un amplio operativo de emergencia municipal, así como una destacada respuesta solidaria de la comunidad.
Aunque inicialmente no hubo necesidad de evacuaciones, la cantidad inédita de agua caída en pocas horas fue empeorando la situación, obligando a trasladar a algunas familias a centros de asistencia.
Las precipitaciones fueron de una magnitud considerable. Inicialmente se reportaron 120 mm de agua caída en pocas horas. Para el cierre del sábado, el registro de precipitaciones acumuladas superaba los 180 mm, con informes específicos de 185 milímetros caídos desde el inicio del temporal, y 184 mm en las últimas 24 horas según otro reporte del sábado.
Al mediodía del domingo, el total acumulado desde el jueves pasado alcanzó los 195.7 milímetros. Esta cifra de lluvia ha llevado el acumulado anual a 914 mm para el sábado, superando los totales de todo 2022 (570 mm) y 2023 (872.2 mm), y acercándose o superando el registro de todo 2024 (1068.3 mm), lo que califica al evento como un temporal histórico y una muestra del cambio climático.
La situación, descripta como «una de las jornadas más complejas del año», llevó a las autoridades locales a activar el Centro de Operaciones de Emergencia (COE). Desde la noche anterior al primer reporte y durante toda la jornada del sábado y el domingo, equipos municipales estuvieron trabajando en la calle bajo la dirección del intendente Juan Ignacio Ustarroz y sus secretarios.
La responsable de Protección Civil, Agustina Loré, señaló que se mantuvo una alerta amarilla vigente hasta el sábado por la tarde, con un pronóstico inestable. A pesar de la intensidad de las lluvias, las obras hidráulicas en la cuenca del río Luján y otras intervenciones como el pluvial Santa María y la limpieza de canales ayudaron a amortiguar los efectos en comparación con temporales anteriores. Sin embargo, el río Luján se desbordó tanto en Mercedes como en Olivera, y se registraron anegamientos en domicilios.
El centro de evacuación dispuesto en el ex Martín Rodríguez alojaba a doce personas inicialmente, cifra que aumentó a 43 vecinos y vecinas al cierre del sábado, y a 67 vecinos al mediodía del domingo. A estos se suman las personas que optaron por autoevacuarse por sus propios medios, estimadas en al menos 60 para el sábado y aproximadamente 70 para el domingo. El municipio ha estado trabajando para asistir tanto a evacuados como a autoevacuados.
El operativo municipal priorizó el monitoreo de los barrios más vulnerables, la asistencia a domicilios afectados por el agua y el refuerzo de la comunicación con los vecinos. Se movilizó personal y maquinaria de diversas áreas como Desarrollo Social, Seguridad, Obras Públicas, Espacios Verdes, Protección Civil, Género y Gobierno. Se dispusieron puntos de asistencia directa en varios barrios afectados.
Ayuda
Además de la asistencia municipal, el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires desplegó asistencia directa en Mercedes, con equipos que incluyen 8 socorristas, 3 enfermeros y 2 vehículos. Esta asistencia provincial, dispuesta por el gobernador Axel Kicillof, se coordina a través de la Mesa de Respuesta Comunitaria en la Emergencia e incluye el envío de colchones, frazadas, elementos de limpieza, alimentos y agua potable.

La comunidad mercedina ha demostrado una gran solidaridad ante la emergencia. Se han organizado colectas de donaciones en varios puntos. Se solicita especialmente la donación de calzado infantil, así como elementos de higiene, ropa de abrigo, frazadas, alimentos no perecederos, agua potable, leche larga vida y pilas.
El intendente Ustarroz destacó la respuesta «emocionante» de la comunidad, señalando que gracias a su apoyo y solidaridad se pudo auxiliar a los damnificados. Instituciones como Cáritas, Bomberos, Iglesias, Hogares de Cristo, Servicio Penitenciario y Clubes, además de vecinos, han colaborado con trabajo voluntario y donaciones. La Sociedad de Fomento de Gowland también inició una colecta de ropa para las familias afectadas en la zona rural. Se ha especificado que en la Parroquia San José Obrero no se recibe ropa, solo artículos de limpieza, alimentos y agua potable.
El temporal también afectó áreas rurales como Gowland, Goldney y el barrio Los Molinos, donde hubo anegamientos y problemas en viviendas. El personal de Servicios Públicos de la delegación Gowland, realizó tareas de asistencia en estas zonas.
Como medida de seguridad ante los anegamientos y el riesgo eléctrico, la empresa distribuidora EDEN interrumpió el suministro eléctrico en el barrio Marchetti 2. Esta interrupción afectó a 2727 usuarios en la región y se mantenía hasta que las condiciones permitan restablecer el servicio de forma segura. EDEN emitió recomendaciones de seguridad a la población, incluyendo cortar el suministro eléctrico si entra agua al hogar y evitar el contacto con instalaciones eléctricas externas o cables caídos.
Aunque el pronóstico se mantuvo inestable durante el temporal, el domingo amaneció con una notoria mejora del tiempo. Se esperan algunas lluvias leves para hoy lunes, pero se anticipa que el resto de la semana presentará condiciones estables y sin fenómenos climáticos relevantes, aunque con un descenso de la temperatura. Esta mejora permitirá completar las tareas de asistencia y limpieza.
Futuro incierto
A pesar de las obras hidráulicas realizadas en la cuenca del río Luján y otras intervenciones locales, que según las autoridades ayudaron a mitigar los efectos en comparación con temporales pasados, la magnitud de las recientes lluvias ha puesto de manifiesto que la amenaza de las inundaciones persiste. La ciudad ha experimentado el desborde del río y anegamientos en domicilios, obligando a familias a ser evacuadas o autoevacuarse. Con un registro de precipitaciones que supera rápidamente los totales de años anteriores y se relaciona con el cambio climático, el futuro para los vecinos que se ven afectados por estos eventos sigue siendo incierto. A pesar de los esfuerzos desplegados y las obras concretadas, la recurrencia de eventos extremos plantea la duda sobre si lo hecho es suficiente y qué más falta por hacer para garantizar la seguridad y tranquilidad de las comunidades afectadas a largo plazo, especialmente para aquellos que sufren las consecuencias repetidamente.