El proyecto de ley «Pancitas Llenas» que viene impulsando entre otros, el mercedino Omar “Pelusa” González, sigue su derrotero por oficinas y escritorios del Ejecutivo nacional y el Congreso de la Nación. La intención o el propósito planteado, lleva alrededor de cinco años y busca la creación de un fondo fiduciario con aporte empresariales voluntarios para un fin solidario.

No se han escuchado voces en contrario y han sido varias las fotos de dirigentes o funcionarios públicos posando para la ocasión junto a quienes intentan generar este proyecto. Sin embargo, se mueve a paso de tortuga a pesar de los datos de la UNICEF que indican que, en la Argentina, alrededor de un millón de niños se van a dormir sin comer. 

A pesar de todo la Asociación Civil Soñadores Unidos y All Boys Solidario, junto a más de 1.800 comedores y merenderos, siguen impulsando el proyecto para garantizar el derecho a la alimentación en sectores vulnerables de Argentina. La iniciativa propone la creación de un fondo fiduciario voluntario financiado por una contribución del 0,04% de las ventas de empresas adheridas.

Pelusa González cuenta que el objetivo del programa pretende garantizar una alimentación nutritiva y digna para miles de niños y familias en situación de pobreza y sería financiado por empresas adheridas a través de una contribución voluntaria. Además, proponen la entrega directa a comedores de existencia comprobada, sin intermediarios, con correspondientes auditorías, denuncias, sanciones y capacitaciones para garantizar la eficiencia y transparencia en la implementación.

Como dato o información aleatoria, los impulsores de la iniciativa destacan que más del 11 % de niños y niñas recibe su único plato de comida en comedores no escolares y el 66 % de las infancias en Argentina vive en situación de pobreza, con un 27 % en la indigencia.

Había expectativas en torno a que se tratara en la pasada sesión, de hecho, estaba en el orden del día. Sin embargo, la Cámara Baja nacional tuvo una semana de mucha convulsión por la situación del diputado José Luis Espert, razón que obligó a una postergación de su tratamiento. “El efecto Espert se llevó todo puesto… Mientras nosotros peleamos por alimentar chicos, otros discuten por reimprimir boletas. Eso muestra dos Argentinas distintas”, dijo Pelusa González en declaraciones radiales durante la semana anterior.