El arzobispo metropolitano monseñor Jorge Eduardo Scheinig ha remitido una carta a las comunidades educativas de las escuelas católicas por el Jubileo del Mundo Educativo.

Explica en la misiva la autoridad eclesiástica que se está transitando el Año Santo de la Esperanza, “deseo invitarlos a que nos unamos a toda la Iglesia Universal celebrando desde el 27 de octubre al 2 de noviembre, el Jubileo del Mundo Educativo”, refiere.

Dice Scheinig que hace llegar esa carta “para animarlos a vivir estos días de júbilo en profunda comunión de pensamientos, de sentimientos y de oración. Todos sabemos que la educación está transitando profundos desafíos, muy bien expresados en el Pacto Educativo Global iniciado por el Papa Francisco que expresaba lo siguiente: Reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión. Hoy más que nunca, es necesario unir los esfuerzos por una alianza educativa amplia para formar personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y contraposiciones y reconstruir el tejido de las relaciones por una humanidad más fraterna”.

Destaca además al Papa León XIV, “aportando su propia sabiduría pastoral, en audiencia con los Hermanos de las Escuelas Cristianas, fundadas por San Juan Bautista de La Salle, les recuerda la importancia de vivir la enseñanza como «ministerio y misión» para ayudar a los jóvenes a dar lo mejor de sí mismos según el plan de Dios, transformando los desafíos de la época contemporánea en «trampolines de lanzamiento»”.

Afirma que le ha gustado el concepto del Santo Padre porque expresa muy bien “el camino que venimos haciendo en nuestra Iglesia de Mercedes-Luján, tanto en el Sínodo, como en la elaboración del Proyecto Educativo Pastoral. Debemos animarnos a recrear escuelas en clave evangelizadora capaces de generar un estilo educativo como lo desea Jesús y lo sigue impulsando hoy, su Espíritu Santo”.

Les pide entonces que se ponga mucho empeño en desarrollar una acción pastoral “que se anime a llegar al corazón de nuestra propuesta educativa para que todos, todos, todos, descubran la fuerza del Amor de Dios que los invita a valorar su condición de personas dignas, hijas e hijos del Padre, llamados a vivir la propia vida, como una misión original e irremplazable que el mismo Dios nos invita a llevar adelante con paciencia, con esfuerzo y con amor”.

Es así que, en todos los establecimientos de la jurisdicción de la Arquidiócesis, el arzobispo propone que, durante esos días, y en algún momento apropiado, en cada colegio se medite sobre lo que significa tener la oportunidad de educarnos y hacer una celebración, “dando Gracias por pertenecer a esa comunidad educativa”. Agrega que si fuese posible, en la ciudad en la que haya más de un colegio, que, en grupos representativos, docentes y estudiantes, incluso familias, se reúnan a reflexionar sobre los desafíos de la educación, la responsabilidad de aprovechar este tiempo y oportunidad y se rece por la educación en nuestra Patria.

En la medida de las posibilidades de cada colegio, también propone que se peregrine a una de las iglesias jubilares de esta arquidiócesis, o al Hogar de Cristo San Francisco en la ciudad de Mercedes.