Cristian Fenogrio, secretario general del Gremio de ATILRA, luego de la reunión con el Juez del Juzgado 7 (asumió recientemente el 25 pasado) ha brindado declaraciones detallando el crítico estado de la fábrica La Suipachanse, identificando al Grupo Maralá como el único responsable de la situación y depositando sus esperanzas en el Juzgado para la reactivación de la planta. La fábrica se encuentra en un concurso preventivo hace aproximadamente ocho años.

Avance judicial y expectativa de reunión

Fenogrio confirmó que se reunió con el juez del concurso, Leandro Enrique, quien lleva solo cuatro días en el juzgado. El juez, tras escuchar la situación de los trabajadores, «se puso al lado de los trabajadores» y entendió el panorama general. Según el dirigente, este encuentro ha sido «lo más avanzado» que han escuchado en más de 40 días de conflicto.

El juez se comprometió a «apurar» la situación para que la próxima semana puedan reunirse las tres partes involucradas: los acreedores del concurso, los trabajadores (quienes son «la otra parte la más importante») y la gente de los venezolanos (Grupo Maralá). Si los actuales dueños no presentan un plan de continuidad, el juez deberá resolver la situación.

Responsables y exigencias sindicales

El Grupo Maralá, liderado por Manuel y Carlos Fernández, es señalado como «los únicos responsables de esta situación». Fenogrio también mencionó a Jorge Borge (apoderado) y a un gerente de apellido Pascual, quien «vino a romper todo en vez de arreglar algo».

Las demandas concretas del sindicato son la reincorporación de los nueve trabajadores despedidos, más la totalidad de todos los demás que no fueron despedidos, el pago de los salarios adeudados (que incluyen julio, agosto y, por supuesto, septiembre, ya que están en débito laboral), y la reactivación de la empresa. Los salarios adeudados ascienden a los meses de julio y agosto, además del mes de septiembre no trabajado debido al débito laboral.

Deterioro de la empresa y rechazo a despidos

Fenogrio señaló que la situación en La Suipachanse se ha agravado debido a que la parte patronal no está cumpliendo con partes del concurso. La empresa experimentó una caída drástica en la producción, pasando de 4 millones de litros por mes a solo 30.000 litros por día.

El conflicto, que parece netamente laboral, trasciende a los trabajadores, ya que los directivos también le «deben a todo el mundo», incluyendo a transportistas.

El diálogo con la patronal se cortó en el Ministerio de Trabajo. La patronal propuso despedir 60 trabajadores más, sumados a los nueve ya echados, y pagar las indemnizaciones supuestamente en 12 cuotas. Esta propuesta fue rechazada «de ninguna manera» por los trabajadores, quienes pelean por «todos los puestos de trabajo».

Acampe y drama social

Los trabajadores llevan 41 días en un acampe frente a la fábrica para proteger la empresa. La principal razón de la permanencia es evitar que los «delincuentes» saquen máquinas, ya que la preocupación es que puedan llevarse «cualquier cosa» como hicieron «todo el desastre durante todo el año».

“La situación social es «muy complicada» para los compañeros, quienes están sufriendo cortes de luz y gas, y han tenido que intervenir en las escuelas para que no saquen a los niños. Actualmente, están recolectando alimentos para repartirlos entre las familias” destacó.

Luz de esperanza y plan de reactivación

A pesar de las dificultades, Fenogrio se mostró convencido de que la empresa será recuperada. Aseguró que los trabajadores están dispuestos a seguir luchando y que no son culpables de la crisis, a pesar de que en el pasado han tenido que llevar herramientas propias (taladro, moladora) e incluso pagarse su propia ropa de trabajo.

El dirigente sindical indicó que hay otras personas «que quieren la fábrica». Confía en que, una vez que el manejo pase a manos responsables, la planta podría volver a ser lo que era y «mucho mejor» en 7 u 8 meses.

Fenogrio agradeció la mediación del intendente de Suipacha, “quien siempre ha estado presente en las charlas” y como cierre de la marcha a Mercedes la movilización se trasladó hasta la Intendencia de Mercedes, donde fue recibido por el Intendente Ustarroz.