Tras el otorgamiento de casas que estaban adjudicadas en Avellaneda a miembros de las fuerzas de seguridad, la alerta se posó sobre el desarrollo urbanístico de Mercedes. Una fuente que quiso mantener su nombre en reserva hace algunas consideraciones al respecto. Es oportuno mencionar que en el edificio Sagol de Avellaneda ya tenía sus beneficiarios sorteados. Sin embargo, las autoridades entregaron unidades habitacionales a efectivos de fuerzas federales cuando había familias esperando. El caso desnuda el déficit habitacional y es claro que nadie se opone a que efectivos de diferentes fuerzas tengan acceso a viviendas sociales, producto de los bajos salarios que perciben. Pero no era esta la forma. De hecho, la ministra de Seguridad fue denunciada por estos acontecimientos.

Pero volviendo a Mercedes, los terrenos donde se levantaron las 141 viviendas, eran propiedad del Ministerio de Defensa. Pospandemia y en un tiempo donde el Municipio se hacía de tierras para proyectar nuevas viviendas, se consiguió la cesión del lugar para proyectar estas soluciones habitacionales. Paralelamente se abrió un registro, un censo, donde familias mercedinas con necesidades relacionadas con lo habitacional, pudieran inscribirse y aguardar sorteos. Se anotaron oportunamente alrededor de 6.500 familias.

La fuente consultada insiste en que si en Avellaneda, con muchas más barreras por delante, procedieron de esa manera, ¿qué les impide hacer lo mismo en Mercedes? Se preguntaba. Porque precisamente en el camino en cuestión, no hay beneficiarios directos que puedan decir que ya estaban sorteados o tenían vivienda asignada. Ese punto estaría solucionado si la idea es avanzar del mismo modo que en Avellaneda.

Pero primero para eso habría que terminarlas. El proyecto que comenzó pasado el 2021 y que estaba previsto que se terminara parte del mismo en 2023, aún está bastante desnudo. Hay un promedio del 60 % de avance de obra. Algunos sectores con mayor porcentual, otros con menos.

Si bien el Gobierno nacional había dicho que no iba a haber intermediarios, es decir que no iban a pasar por los Municipios, fuentes oficiales consultadas confirmaron que hubo acercamientos con la comuna para ver la posibilidad cierta de culminación. Pero solo acercamientos sin mayores certezas. “La verdad que no tenemos claridad por el momento, el Gobierno delega en las jurisdicciones locales por lo que la responsabilidad de la continuidad de las obras pasaría a ser de los Municipios”, reveló una funcionaria.

La única señal positiva es que la fuente consultada en el ámbito municipal, añade que se está evaluando cómo avanzar, “esperando tener una reunión con la Empresa Pirámide que aún tiene convenio vigente”. La firma es la adjudicataria de la obra y desde la paralización no abandonó el predio. Esa reunión que no tiene fecha a la vista, apunta primero a saber si la empresa tiene intención de continuar la obra, “sería lo ideal”.

Pero cumplido ese paso llega el punto más relevante que tiene que ver con el financiamiento del final de obra. Aparecen caminos como un fideicomiso, financiamiento privado, entre no muchas otras alternativas. Lo cierto es que en la actualidad hay más incertidumbre que hechos concretos. Mientras tanto, una mole de cemento donde podrían más de 140 familias solucionar su problema habitacional, está frenado y sin un claro horizonte futuro.