El INTA, pasará a depender directamente de la Secretaría de Agricultura. Recorte de trabajadores y dudas sobre los programas que se vienen desarrollando.
Se pudo saber días atrás que el Gobierno nacional dio el primer paso para reformular la estructura del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Mediante un decreto, estableció que el organismo, hasta ahora descentralizado y autárquico, pasará a depender directamente de la Secretaría de Agricultura, la cual está a su vez bajo la órbita del Ministerio de Economía que conduce Luis Caputo.
El decreto hecho público indica su transformación en un ente desconcentrado, figura que le permitirá conservar cierta autonomía técnica y funcional, pero sin personalidad jurídica ni patrimonio propio.
De acuerdo a la nueva normativa la gestión operativa quedará bajo el control directo del secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, cercano a Juan Pazo, titular de la Agencia de Regulación y Control de la Administración Pública (ARCA). Así, Iraeta tendrá injerencia directa en contrataciones, compras, manejo de recursos humanos, pagos de salarios y otros gastos regulares.
Otro de los objetivos que se desprenden del cambio será modificar la composición del Consejo Directivo del INTA, que actualmente tiene una mayoría del sector público -privado. Al día de hoy, lo integran tres representantes del Gobierno (el presidente, la vicepresidente y la secretaria de Agricultura) y siete del ámbito académico y rural (dos universidades y cinco entidades del agro). Con la modificación, el nuevo esquema busca reducir el peso de estos actores no gubernamentales, para que en caso de empate, defina el poder Ejecutivo.
La reestructuración del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria no terminaría solo en lo institucional, ya que además marcaría el anticipo de un ajuste presupuestario y una poda en los recursos humanos. A pesar de que el organismo ya redujo su planta en 500 empleados y cuenta actualmente con 6.400 trabajadores, el Gobierno apunta a una reducción más profunda.
La nueva jugada del Gobierno, demuestra el interés del equipo económico en el INTA, un instituto clave para el desarrollo del sector agropecuario.
Economía
El aspecto económico también es central en esta reforma. Según datos oficiales, el presupuesto del INTA al 30 de mayo era de 244.000 millones de pesos, aunque Federico Sturzenegger estima que el monto real ronda los 400.000 millones.
Actualmente, el instituto se financia con recursos propios definidos por ley, principalmente a través de un 0,45 por ciento de derechos de importación y el 31 por ciento de la tasa estadística. El objetivo es que esos fondos pasen al Tesoro Nacional, en un contexto en el que el ministro de Economía Luis Caputo prometió al FMI un ajuste fiscal más severo.
A todo esto, la incertidumbre en el orden local es total, teniendo en cuenta que en la planta alta de la Terminal de Ómnibus, funciona desde hace años una oficina del INTA, a partir de la cual se han logrado desarrollar importantes políticas agropecuarias, como campañas de fortalecimiento de la siembra y también en la recolección de datos estadísticos, importantes para el sector agropecuario, no solo de Mercedes, sino también de la región.