Mientras sigue la medida de  fuerza tras los despidos y cese de actividades en forma total desde el lunes pasado Esteban Fuentes, de la redacción de Clarin publicó que  “Desde La Suipachense aseguraron que dirigentes sindicales llegaron a retener gerentes dentro de la planta, tomar el control administrativo y amenazar a directivos y sus familias”. Desde el sindicato Atilra niegan que hayan ejercido violencia.

“Nosotros entramos en 2012 a La Suipachense y hemos hecho grandes inversiones. Sin embargo, en este contexto se dieron hechos que sobrepasaron lo normal de una relación laboral, con niveles de hostilidad y violencia que nunca habíamos vivido”, explicaron voceros de la firma comandada por Maralac, de capitales venezolanos.

La compañía reconoció que en los últimos meses enfrentó «estrés financiero» derivado de la situación del sector lácteo: caída en el precio de la leche, suba de costos y tasas de interés más elevadas. Esto derivó en atrasos puntuales en el sueldo de los trabajadores de julio, lo que desencadenó medidas gremiales. Según informaron, pagaron gran parte de la deuda pero aún adeudan entre un 10% y 15% del total.

“No fue algo generalizado ni permanente. Y la reacción fue parar la compañía, lo cual desde nuestra visión fue irracional porque trancar la operativa solo genera más problemas”, señalaron.

Posteriormente, el gremio habría asumido de hecho la administración de la planta durante una semana. “Se sentaban en la oficina del gerente, daban órdenes, pedían información confidencial y decidían qué hacer con los ingresos”, detallaron.

Aunque luego bajó la intensidad del conflicto, en la empresa aseguran que «la anarquía» persiste. “La compañía no está acéfala, pero el gremio intenta instalar esa matriz de opinión. La realidad es que los directivos seguimos a cargo, aunque bajo constante hostigamiento”.

Seguridad y futuro incierto

Desde la firma remarcaron que lo ocurrido excede lo laboral. “Estamos hablando de seguridad personal, de amenazas a expatriados y a sus familias. Es algo que preocupa a cualquier inversor extranjero”, expresaron.

En ese marco, se designó a Pascual Bensadón como nuevo director general de la compañía, con el objetivo de restablecer el orden.

De cara al futuro, la empresa aseguró que su voluntad es mantener la fuente de empleo y recuperar el nivel de actividad, pero advirtió que la continuidad dependerá de que “se restablezca el respeto a la institucionalidad y a los canales normales de relación gremio-empresa”.

“Queremos volver a la naturalidad. El gremio debe cumplir su rol y la empresa el suyo. Esperamos que se entienda la gravedad de lo sucedido porque va más allá de un tema laboral: es una cuestión de respeto y seguridad”, concluyeron.

Marcha en Suipacha

Este lunes se realizó una marcha en Suipacha en acompañamiento a todos los empleados de La Suipachense. Según indicó Santiago Alcalde, de Atilra, «estamos atravesando un conflicto salarial».

«Deben salarios y hubo 9 compañeros que fueron notificados que serán despedidos», aseguró.

Desde Atilra negaron que haya habido violencia hacia los directivos y aclararon que «la situación de la Suipachense está generada por dos conflictos: el primero, deben salarios, no le pagan a la gente y el segundo ha sido por el despido a una docena de empleados administrativos, que los responsabilizan de haber depositado, el cuarto día hábil del mes, parte de los sueldos adeudados de los trabajadores en sus cuentas. Los empresarios dijeron que lo hicieron en contra de las directivas que se le dieron porque ese dinero tenía otro destino y eso no ha sido así», remarcaron desde Atilra.

Nueve telegramas de despidos con causa que fueron rechazados

Cristian Bonfiglio, Secretario Gral de ATILRA Seccional Chivicoy habló con Pedro Caramelo, del informativo televisivo de COESA y esto expresaba tras los despidos y el cese de actividades.

“La situación es que le han llegado a los compañeros 9 telegramas a sus domicilios y nosotros estamos con una medida de fuerza, acá en la fábrica, hasta la reincorporación de los compañeros. Ya, a los telegramas los hemos rechazado mediante carta documento, así que estamos esperando que la empresa dé detalles de la situación. Nosotros estamos convencidos en que la fábrica tiene que salir adelante pero con los trabajadores adentro”.

“Nosotros sentimos siempre, no desde ahora, el acompañamiento de toda la comunidad. En estos cuatro años las situaciones siempre fueron complicadas, siempre en contra de los trabajadores, nunca se buscaron soluciones y la situación fue empeorando. Veníamos cobrando sueldo de manera diferida, incluso este mes aún no hemos cobrado”.

“En este momento, como en otros, nosotros nunca cortamos el diálogo, pero hoy tanto Manuel Fernández como Carlos Fernández desaparecieron de la empresa, quedó un  solo apoderado que es Jorge Borges, en lo cual él quedó a cargo de la planta, pero sin tampoco poder dar explicaciones sobre cómo va a seguir esto. El lunes apareció un tal Pascual, quien es un nuevo gerente general de la empresa…

Los días nuestros van a seguir de esta manera: viendo el día a día, esperando lo que resuelva el Ministerio Público y las demás entidades públicas… Nosotros tenemos claro que la única manera de destrabar esto es con la reincorporación de los nueve trabajadores que fueron despedidos”.