Rocío Amarillo, en representación de los padres autoconvocados de los Jardines Maternales Municipales 1, 2 y 3, utilizó la banca participativa del Concejo Deliberante para solicitar la intervención inmediata del cuerpo ante la decisión del Poder Ejecutivo de cerrar las vacantes de sala de 2 y 2 años y medio para el ciclo lectivo 2026. La medida afecta a 89 familias, genera «desesperación» y, según los denunciantes, favorece abiertamente a las instituciones privadas.

La sesión del Concejo Deliberante de Mercedes fue el escenario de un vehemente reclamo de parte de las familias afectadas por la reciente decisión municipal de suspender la matriculación para los niños de 2 y 2 años y medio en los jardines maternales locales. Rocío Amarillo se presentó ante el Cuerpo Legislativo para manifestar la pretensión y el reclamo de los padres, apelando a que los concejales representan la voluntad popular y deben atender la situación.

Amarillo detalló que el 14 de noviembre las familias fueron notificadas «de manera verbal» en los tres jardines maternales sobre el cierre de vacantes para el próximo año. Esta notificación se produjo de manera «abrupta y tardía», a menos de mes y medio de terminar el ciclo lectivo, a pesar de que la matrícula para 89 familias había sido confirmada en la segunda semana de septiembre.

“Esto generó gran desesperación en el grupo de padres”, afirmó Amarillo, explicando que la situación, que los tomó por sorpresa, ya motivó una manifestación y un abrazo al Municipio la semana pasada.

El Poder Ejecutivo fundamenta su decisión en un “nuevo sistema de educación integral” y en la supuesta baja natalidad que experimenta la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, los padres rechazan esta justificación, argumentando que las consecuencias son desproporcionadas. Si bien la baja de matriculación ha llevado al cierre de dos salas en jardines provinciales este año 2025, la decisión actual implica el cierre de 12 salas de los jardines municipales el próximo año.

A consecuencia de esta medida, más de 25 docentes se quedarán sin aula. Amarillo subrayó la importancia de defender a estas trabajadoras y denunció que el sistema integral propuesto está «beneficiando fuertemente a las instituciones privadas». Como prueba de ello, mencionó que el Colegio San Antonio, tras la medida del Ejecutivo, reabrió sus inscripciones y publicitó que abriría sala de dos para el próximo año.

Un contrato roto y la calidad educativa

Uno de los puntos centrales del reclamo es la ruptura de un “contrato social implícito”. Las familias, al iniciar la trayectoria educativa, fueron aseguradas de que sus niños permanecerían en la institución hasta comenzar el preescolar (a los 3 años, con salita de tres).

La licenciada en Psicología Milagros Peretti, madre en uno de los jardines, aportó a través de un escrito leído por Amarillo la distinción fundamental entre ambos espacios: “Los jardines municipales maternales están diseñados para acompañar a bebés hasta los 3 años, donde se trabaja cuidadosamente en actividades para desarrollar habilidades cognitivas, emocionales y físicas”. En contraste, un jardín preescolar acompaña una franja etaria diferente con objetivos de aprendizaje y sociabilización muy distintos.

La reubicación forzada de estos niños a jardines provinciales genera un enorme “impacto emocional”, provocando miedo, angustia y ansiedad. Además, los padres señalan que en los jardines provinciales, niños de un año y medio compartirán salas con niños de 3 años, y las estructuras no están preparadas para la atención de bebés, careciendo incluso de cambiadores.

Un relevamiento realizado por los padres autoconvocados a 70 familias reveló que más del 60 % no enviará a sus niños a los jardines provinciales. Esta decisión implica que muchos niños, que ya estaban institucionalizados, se quedarán en casa, saliendo del control institucional, o se dirigirán a jardines privados.

“Nuestros niños no son vacantes, nuestros niños tienen derecho” sentenció Rocío Amarillo. La negativa fue contundente: “Decimos no al cierre de las salas de 2 y 2 años y medio de los jardines municipales”.

Las familias solo piden que se escuche su voz, que se respeten los tiempos de los niños y que los jardines municipales, que son “orgullo de esta comunidad mercedina”, sigan funcionando como siempre.

Finalizando su alocución, instó al Concejo Deliberante a «despertar y tomar acción», manifestando un temor colectivo: “Decimos no al cierre total de los jardines municipales, porque sabemos que esto es solo un comienzo”.