En un trabajo articulado con la Fundación Estrellas Amarillas, un grupo de estudiantes universitarios de la Siglo 21 de distintas disciplinas presentó un informe que evidencia la alarmante situación vial en la Ruta Nacional N° 5 y reclama la urgente transformación del trazado en autovía.

Durante el encuentro que se realiza los días 5 de cada mes en la Ruta 5, se compartieron también los datos recabados a través del mapa georreferenciado de siniestros viales que la fundación desarrolla con aportes ciudadanos. A partir de ese registro se elaboraron gráficos y estadísticas que permiten visibilizar un panorama estremecedor: el 75% de las víctimas fatales son varones jóvenes, y la mayoría de las muertes se producen por colisiones frontales en tramos sin doble vía.

La información, que fue suministrada a este semanario por Marcelo Suárez, marca que el informe fue elaborado a partir de cifras oficiales de la Secretaría de Transporte de la Nación. Entre 2013 y 2024 se registraron 162 víctimas fatales en siniestros viales sobre la Ruta 5.

Uno de los datos más impactantes es que en 2024 las muertes se triplicaron respecto a años anteriores, según se desprende del gráfico de evolución anual. “Esta escalada evidencia un agravamiento sostenido de la problemática y una urgencia que no puede seguir siendo postergada”, destacan.

El análisis por franja etaria revela que la mayoría de las víctimas fatales en la Ruta 5 son personas jóvenes, con una alta concentración entre los 15 y 34 años. Sin embargo, un dato especialmente alarmante es el número de niños y niñas de entre 5 y 14 años que perdieron la vida.

Entre los gráficos elaborados por el equipo, se destaca un mapa de “hot spots” de siniestralidad vial que identifica zonas con alta concentración de siniestros. Los puntos más críticos son lugares ubicados en tramos sin autovía ni semaforización adecuada, “muestran cómo la falta de infraestructura y señalización pone en riesgo permanente a quienes transitan la Ruta Nacional N°5”.

Además, el informe revela que el comportamiento riesgoso al volante – como el exceso de velocidad, el cansancio o el consumo de alcohol – aparece como factor común en la mayoría de los casos analizados.

“La siniestralidad en la Ruta 5 no es accidental, es estructural… Este trabajo no es solo académico. Es un llamado urgente a la acción. Necesitamos una ruta que no cueste vidas”, remarcaron desde la Fundación Estrellas Amarillas.