La justicia investiga el hecho. La víctima dialogó con Protagonistas sobre lo ocurrido. Había vendido su taller días antes y al volver de una intervención quirúrgica se encontró con lo peor.

Un hombre de 65 años, residente de la zona sureste de nuestra ciudad, fue víctima de un millonario robo en su vivienda apenas regresó de una intervención quirúrgica. Los delincuentes se apoderaron de aproximadamente 63.000 dólares y un millón de pesos que la víctima guardaba en su casa, cuidadosamente ocultos en rejillas de ventilación.
El hecho, del cual tomó conocimiento tras su alta hospitalaria, ha conmocionado al barrio y apunta a un posible dato preciso manejado por los ladrones.
La víctima, que prefirió mantener su identidad en reserva por cuestiones de la investigación, había vendido una propiedad hace cuatro meses. La información sobre esta venta era conocida por un círculo íntimo de unas treinta personas, en el que se mueve el damnificado. Coincidiendo con la fecha del robo, el vecino había sido intervenido quirúrgicamente de la espalda con una prótesis el miércoles 16 de julio, permaneciendo internado hasta el viernes siguiente, cuando fue dado de alta a las 15:30
horas.
Al abrir la puerta de su casa, la víctima se encontró con un escenario de «Kosovo», como él mismo describió: todo revuelto, tirado en el piso y dado vuelta, evidenciando que los intrusos habían revisado minuciosamente cada rincón. Sin embargo, el objetivo de los ladrones era claro: se dirigieron directamente a las rejillas empotradas en la pared donde el hombre guardaba todo su dinero, una suma que nunca había mencionado a nadie que tuviera en casa. Las rejillas, que eran de retorno de
calefacción, fueron arrancadas de la pared junto con sus marcos de madera.
Los delincuentes lograron llevarse aproximadamente 63.000 dólares y un millón de pesos argentinos.
El dinero estaba organizado en fardos de 10.000 dólares, sellados al vacío para protegerlos de la humedad, y distribuidos en dos latas ocultas en rejillas distintas: una con unos 37.000 dólares y otra con unos 25.000 dólares. Según la víctima, en diálogo con Protagonistas, los ladrones, intuyeron que al contabilizar la cifra de dólares, dedujeron que el monto faltante (hasta los 63.000 dólares que se esperaba que tuviera por la venta) correspondía a gastos como el arreglo de su auto, lo que los llevó a no buscar más ni forzar una rejilla más grande en el living, lo que sugiere un conocimiento preciso de la cantidad de dinero que esperaban encontrar. Ingreso a la finca
El ingreso a la vivienda se produjo a través de una ventana. Los ladrones utilizaron un expansor para
forzar la reja, luego abrieron la ventana corrediza con un destornillador que encontraron en el lugar.
Posteriormente, localizaron la llave de la puerta del fondo, que no estaba «tan a la vista», y la utilizaron para abrir la puerta y trabajar con tranquilidad. Este método de entrada, sumado a la ubicación precisa del dinero, refuerza la teoría de que el robo fue ejecutado con información previa, posiblemente por alguien que había visitado la casa anteriormente. «Fue una persona que entró a mi casa alguna vez», afirmó la víctima. Los ladrones también intentaron robar el auto del vecino, pero no
lo lograron porque este se encontraba con la llave del garaje y el seguro inferior de la puerta era demasiado largo.
Tras el robo, el vecino se encontró en una situación desesperada, regresando de la clínica con solo 180.000 pesos y teniendo que pedir dinero prestado a un amigo al día siguiente para poder comer, ya que todos sus ahorros estaban en la casa y no tenía nada en el banco.
La investigación se presenta desafiante. Las cámaras de seguridad de la víctima estaban rotas, y ningún vecino en su calle cuenta con cámaras. Sin embargo, hay dos propiedades en la calle lindera que sí tienen cámaras: una de un amigo que apunta a la vereda, y otra que cubre tanto la vereda como la calle. El problema es que la dueña de esta última cámara está de vacaciones en Perú, y el disco duro se borra mensualmente. La víctima espera poder contactarla para intentar recuperar el
video de los cuatro o cinco días previos al robo, sospechando que los delincuentes pudieron haber realizado tareas de reconocimiento y vigilancia. La víctima expresó su deseo de que el hecho sea de conocimiento público en Mercedes para que «haga ruido» y así, en un futuro, alguna persona con información pueda denunciar a los culpables, ayudando a que la causa no quede «muerta». A pesar de las dificultades, el damnificado manifestó que tiene confianza como para que se pueda dar con los
responsables.