El Municipio debió afrontar esta semana una protesta de taxistas que volvieron a reclamar por mayores controles sobre aplicaciones digitales que prestan servicio de manera paralela a pesar de la existencia de una normativa que no lo permite.

Los propietarios de licencia venían amagando con esta medida atentos a que entendían que la comuna no estaba haciendo los controles requeridos y los servicios de estas apps estaban ingresando a la ciudad sin mayores inconvenientes. Por eso, si bien a algunos los tomó por sorpresa, a otros no tanto el hecho de ver vehículos estacionados frente al Palacio Comunal, cortando la mitad de la avenida 29 y reclamando por una reunión para ponerle fin al tema.

La protesta fue levantada, la reunión se realizó, se asumieron compromisos, pero la solución no parece del todo fácil. Los taxistas aseguran que ellos abonan sus licencias a la Municipalidad mientras que los sistemas como Uber, Cabify o Didi, no tributan en Mercedes. Por lo tanto, tienen derechos que deben respetarse.

Para algunos funcionarios municipales también existe una realidad que deben aceptar y en tal sentido buscar la forma de cerrarle las puertas, aunque de otras formas.

Justamente la norma vigente establece que solo pueden operar aplicaciones digitales debidamente aprobadas por el Municipio. De allí que se viene retrasando y ahora se aceleraría, la posibilidad de contar con una aplicación local que resuelva este aspecto.

En Mercedes hay más de 70 taxis y una de las propuestas que se analizan en el seno del Ejecutivo es que el distrito tenga su aplicación donde el servicio de autos de alquiler funcione de modo similar al de las aplicaciones. Incluso admiten que hay quienes ya estarían sumados a este tipo de aplicaciones.

“Es una definición que tiene que dar el intendente… la propuesta está hecha”, confirmó a este semanario una fuente cercana al área de Seguridad. En ese aspecto la aplicación debería aprobarse con su normativa correspondiente, es decir que se tendría que trabajar en una ordenanza que ponga en claro el marco regulatorio.

Los “Uber”, por resumir con ese nombre a la totalidad de las aplicaciones, no serían en su mayoría, personas de esta ciudad, sino más bien de localidades cercanas que vienen a “pescar” viajes a esta localidad. “Hay una situación económica compleja y mucha gente busca el modo de ganarse el mango”, añadió la fuente consultada.

Justamente en algunos operativos que se realizaron, detectaron que los autos o prestadores en cuestión, no eran locales. Al solicitarle alguna explicación manifestaron que no es lo mismo ofrecer un viaje en una ciudad tranquila, con menos peligro de robos, que en algún sector del conurbano. “Serán alrededor de unos treinta autos, no demasiado más, pero muchos vienen por tranquilidad en ese trabajo”, agregó.

También se habla de inconvenientes operativos por parte de la propia comuna, que no cuenta con todo el personal necesario para llevar adelante operativos de manera permanente. “Se han realizado algunos de esos operativos, pero también se trabaja en otros aspectos, como en el caso de las motos que es una demanda de la comunidad… El recurso no es tan amplio como para ocuparnos enteramente del tema Uber”, remarcaron desde las esferas comunales.

En medio del debate también hay posturas opositoras de desregular el servicio para que exista competencia y esa situación mejore la situación tarifaria en beneficio de los usuarios. Los taxistas hace tiempo que vienen levantando la voz por este tipo de prácticas en las que observan evasión y falta de transparencia.

Si bien no hay plazos impuestos, es inminente que la respuesta debe tener la celeridad que obliga la situación, dado que el sector del taxi local ya ha mostrado que no está dispuesto a esperar demasiado que se ordene la situación y haya reglas de juego claras. Serán semanas claves las que vienen por delante en este aspecto.