El Ejecutivo elevó finalmente el Presupuesto 2024 con un monto que supera los 16 mil millones de pesos y una fuerte dependencia de recursos provinciales. La oposición pretende dar curso al mismo antes del 10 de diciembre y dejar la Fiscal para el nuevo Concejo que incorporará a una tercera fuerza en su composición.

El Honorable Concejo Deliberante y hasta el propio Ejecutivo, tendrán de aquí en adelante semanas muy intensas, de trabajos en algunos casos contrarreloj, con cambios, definiciones y seguramente debates a puertas cerradas y abiertas. No solo se trata en este mes de diferentes cuestiones propias de cada sector sino establecer algunos ejes o pautas, que tendrán incidencia directa en el resto de la ciudadanía. Para dar dos ejemplos claros: entre esas cuestiones propias está saber cómo funcionarán los Bloques a partir del 10 de diciembre teniendo en cuenta cómo lo hicieron durante este período legislativo. Pero también deberán tomar decisiones tales como establecer cuáles serán los valores que regirán en las nuevas tasas, derechos y contribuciones de la comuna, que no fueron actualizadas durante el 2023 y se espera un importante incremento que cuanto menos pueda alcanzar los niveles inflacionarios. Todo esto deberá resumirse en pocas semanas y si encima se cruzan obstáculos en el camino, nadie asegura que será algo fácil de transitar.

Cronograma

El contrarreloj empieza a partir de esta semana dado que el Honorable Concejo Deliberante deberá aprobar las consideradas Ordenanzas Madres de cualquier administración municipal. Con el balotaje en el medio, se ha comenzado a trabajar en estos temas aunque la cabeza de muchos estaba en otras cuestiones relacionadas a la segunda vuelta. Lo cierto es que tal como había anticipado este medio, el Presupuesto subió al Deliberativo entre el 15 y el 16 de noviembre y el pasado viernes llegó la Fiscal e Impositiva. Todo indica que la primera será abordada por los actuales integrantes del Cuerpo en los primeros días del mes de diciembre (se presume el 4) y la Fiscal e Impositiva con la conformación que tendrá a partir del 10 de diciembre. No parece un dato menor teniendo en cuenta que el nuevo Concejo tendrá en su integración la presencia de una nueva fuerza política que es la Libertad Avanza, que suma dos concejales (Mauricio Pollacchi y Silvia Di Leo). Pero ese no es el único punto relevante. En la actualidad la oposición, referenciada en Juntos por el Cambio, tiene la Presidencia y por tanto la posibilidad de inclinar la balanza en algunos aspectos en los que no se encuentren coincidencias. En cambio a partir del 10 de diciembre, cuando asuman los nuevos ediles, será el oficialismo quien tendrá el timón parlamentario. Como suele suceder, estos cronogramas van surgiendo de conversaciones y negociaciones políticas y al término de la semana estas eran las novedades. La cuestión numérica en cuanto a “manos por levantar”, resulta trascendente para Juntos por el Cambio, por entender que es la única manera de modificar algunos aspectos. Ya con la Presidencia perdida en términos normales, no habrá demasiado margen más que para el pataleo. Puesto que las aprobaciones necesitan mayoría simple. Algunos concejales se preguntan a pesar de ello si es el camino correcto. Pues el Presupuesto que regirá en el Ejercicio 2024 será controlado en su ejecución por los nuevos concejales y no por aquellos que dejarán su banca el 10 de diciembre. Encima con una fuerza que para el primer caso no tendrá voz ni voto, más allá que ha sido invitada a participar de estas negociaciones previas sin estar ocupando ese lugar. Días después los nuevos concejales deberán aprobar la Fiscal e Impositiva, que es en definitiva la que sustenta los recursos que se fijan en ese Cálculo de Recursos y Presupuesto de Gastos. De acuerdo a datos recogidos por este semanario, a partir de la próxima semana los concejales llevarán adelante reuniones con funcionarios del Ejecutivo para conversar sobre los mencionados cálculos, observar las partidas e intentar introducir modificaciones que aún no han sido explicitadas. La idea es llegar al recinto para aprobar en Extraordinaria el Presupuesto y durante esa misma jornada aprobar la Preparatoria para convocar a la Asamblea de Mayores Contribuyentes donde se votará la Ordenanza Fiscal. En el medio la despedida de los que terminan su mandato y la llegada de los concejales electos en octubre.

Ordenanzas

Ambas ordenanzas son las más importantes del año para ponerle sustento económico y financiero al funcionamiento del Estado municipal, tanto en el plano del Ejecutivo como en el del Honorable Concejo Deliberante, lo que representa una mínima parte de ese diseño presupuestario. El ejecutivo ha elevado el Presupuesto con una estimación superior a los 16.290 millones de pesos. Lo llamativo en esta distribución es la fuerte incidencia que tienen los recursos provinciales para el funcionamiento del Ejecutivo. La previsión de ingresos marca que unos casi 11.300 millones provendrían del Gobierno de la provincia de Buenos Aires lo que representa alrededor de un 69 por ciento y solo un 31 se compone de recaudación municipal genuina a través de tasas, derechos, locaciones, convenios y hasta multas e infracciones. La dependencia provincial ha crecido a niveles pocas veces vistos con anterioridad. Algún funcionario memorioso recordó que en algún momento, durante la primera gestión o mandato de Ustarroz, la relación en materia de números supo estar en 55 – 45. ¿Cuáles han sido las razones? En buena parte entienden que hay dos factores que inciden: la no actualización de las tasas dentro del proceso inflaciones y los niveles de morosidad. Sobre este punto la presentación del Presupuesto lo advierte de manera taxativa. Se reconoce desde el Ejecutivo que la Tasa de Alumbrado, a pesar de ser la de mayor nivel recaudatorio, ha pasado a ser deficitaria, producto de no haber acompañado el crecimiento del valor del Kw. De allí que estuvo lejos de tener el rendimiento de año anteriores. Ni que hablar del resto de las tasas corrientes cuyos niveles de recaudación han sido sensiblemente menores a los que años anteriores. Suponiendo que se podría llegar a niveles del cincuenta por ciento promedio, se infiere que la mitad de la masa de los contribuyentes no cumple con sus obligaciones fiscales y la administración funciona con la mitad de lo que podría recaudar. Cuál es la solución a esta sangría. No hay demasiadas estrategias mágicas, a excepción de una política de procuración fiscal más agresiva, especialmente en aquellos contribuyentes en los que se pueda detectar capacidad de pago. La presentación del Presupuesto lo advierte. El Ejecutivo admite la necesidad de trabajar en el recupero de deuda, y anticipa la conformación de un equipo de fiscalizadores que realizarán un mayor seguimiento a los “morosos”. Entonces si para el Alumbrado, que sería una especie de “gallina de los huevos de oro” entre las tasas, los números no cierran, el panorama para el resto de ellas es alarmante: Servicios Sanitarios, Seguridad Vial, entre otras. No tanto para Seguridad e Higiene que se ha mantenido dentro de niveles considerables teniendo en cuenta que a pesar del proceso inflacionario, no se registraron fuertes caídas en las ventas y esto mantuvo el nivel de ingresos dentro de las previsiones. La Ordenanza Fiscal plantea entonces un incremento de tasas que en principio podría tratar de buscar acercarse a los índices interanuales de inflación, razón por la cual las subas podrían estar largamente por encima del 100 %. Todas estas cuestiones son las discusiones y los debates que se vienen para el Concejo Deliberante que enfrentaría en principio, dos escenarios diferentes: un Presupuesto puesto a consideración de una conformación con el oficialismo en desventaja numérica y una Ordenanza Fiscal con un oficialismo dominante. Esto ubica la situación en un marco de negociaciones por la sencilla razón que como en uno de los escenarios se puede conseguir el objetivo en el otro se puede complicar.

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