Nicolás Gioscio se había alistado en el ejercito ucraniano para combatir en la guerra con Rusia. Su madre pudo saber que su hijo cayó en combate víctima de un ataque de drones. Escribió una carta en la que revela la escasez de datos oficiales.
Mónica Brown, madre de Nicolás Gioscio, decidió escribir unas líneas para que los medios locales las hagan públicas. Nicolás era un joven que había decidido participar como voluntario en la guerra de Ucrania, donde lamentablemente perdió la vida. Los sucesos no estaban claros y la información llevaba semanas en tono de rumores o trascendidos. De allí que su propia madre decidió romper el silencio, silencio que aún continúa por parte de fuentes castrenses.
“Ante tantas personas que se acercaron dolidas, tristes, asombradas, interesadas en saber qué pasó con Nicolás, quien participaba como soldado del ejército ucraniano, de la guerra ruso-ucraniana, he decidido escribir estas líneas esperando poder responder todos los interrogantes, y generando otros nuevos que solo el tiempo aclara”, dice en el comienzo de una misiva que debe haber resultado muy difícil redactar.
“He podido cerrar el capítulo final de la historia de mi hijo, Virgilio Nicolás Gioscio. Sí, lamentablemente murió en combate en Ucrania, en el ataque masivo de drones rusos sobre Kerny, territorio de Donetsk, del día lunes 25 de noviembre a las 8 hs. (dos de la mañana en Argentina). Esta información, obtenida a través de conocidos en Europa con contactos dentro del ejército ucraniano, si bien no es «oficial» del gobierno, calma la ansiedad de la familia respecto del cuándo, dónde y cómo sucedió”, explicó.
Por cierto, Protagonistas y otros medios, incluso amigos y familiares del soldado, buscaron información precisa aquí en Argentina, sin mayor suerte. De hecho, su madre admite que la información con la que cuenta fue obtenida por “conocidos en Europa con contactos dentro del ejército ucraniano”. Un hecho de lo más extraño.
Conocer esa realidad, insistimos, no oficial, motivó a Mónica a escribir su carta “destinada a todos aquellos, familiares, amigos, vecinos, conocidos, compañeros de la promo, compañeros de trabajo, alumnos, tanto míos como de mis hermanas, mi marido, y especialmente de mi hijo, que se mostraron preocupados el pasado miércoles 4 de diciembre cuando nos enteramos de la triste noticia a través de sus dos «hermanos» soldados en Ucrania, ambos argentinos y que aún continúan allá en posición de combate, cuyos apodos de guerra son Turu y Lobo… el de Nico era “Pulpo”, como mi papá”, revela.
Cuenta además que el dolor inmediato de la familia provocó la propagación de la triste noticia “y el intento de frenar su expansión especialmente por mis dos nietos, hijos de Nico, a los cuales decidimos no informarles hasta tanto estar seguros de su deceso”.
Agrega como dato informativo que Nicolás estaba en “misión de guerra” en el frente, en la zona de Donetsk, desde el 30 de septiembre. “¿Qué significa esto? Que había dejado su posición en zona segura (un pueblito rural devastado por los ataques rusos con drones… a 15 km de la frontera rusa) para ser destinado en la zona caliente de combate, según él durante diez días, período en el cual no estaría en comunicación ni con sus compañeros de grupo y menos conmigo”, relató.
Sin embargo, señala, llevaba ya dos meses en el frente y no regresaba. “Turu y Lobo me mantenían informada de las novedades que a ellos les llevaba su sargento. Noticias bastante mínimas, por cierto: Pulpo está en posición, pero bien, está esperando a ser evacuado, lo hemos escuchado por la radio… hasta recibí el audio de un operador con acento colombiano que informa de una acción heroica por parte de Pulpo, en la cual tuvo una acción destacada a mediados de noviembre, aunque no sabemos con exactitud cuál fue”, reveló.
Describe que hacía cinco que meses que estaba en Ucrania. “Había cambiado su proyecto de ir a trabajar a Europa por el de defender una tierra y una bandera ajena. Tan convencido estaba que esperó hasta pocos días antes de partir para decirme que había sido aceptado en la ILDU (Legión Internacional para la Defensa de Ucrania). Emprendiendo un viaje completamente solo (él que no tenía idea de lo que era viajar en avión) a países con un idioma que no conocía, sabiendo que iba a participar de un conflicto armado…”, siguió relatando.
Finalmente comentó que su proyecto era seguir carrera en el ejército ucraniano, “vivir en ese país y en algún momento poder tener allí a sus hijos con él. Quién sabe, tal vez deba permanecer para siempre en aquella tierra como quería. Veremos si sus restos pueden volver a Argentina, lo cual no será sino hasta después de finalizada la guerra. Yo aún sigo esperando la confirmación oficial, la aparición de su nombre dentro de las listas de muertos, desaparecidos y prisioneros emitidas por el Ministerio de Defensa ucraniano. Para ello la Embajada argentina en Kiev y nuestra Cancillería están al tanto de todo encargándose de encontrar su paradero certero. La Embajada ucraniana en CABA aún no me ha respondido. Iré personalmente”, concluye.