Su relación con el cardenal Bergoglio y el Papa Francisco. La frustrada visita de Su Santidad a la Argentina, la situación económica del Arzobispado, y ¿el posible cierre de la Catedral? Definiciones y reflexiones en una charla de casi una hora con el titular de la Arquidiócesis.

Por Walter Anido
El próximo 7 de mayo comienza el nuevo cónclave para elegir al sucesor del Papa Francisco. El mundo estará pendiente de este acontecimiento único e histórico. El excardenal Bergoglio ha dejado un legado tras doce años de pontificado y desde Protagonistas hemos considerado de alto interés periodístico mantener una charla exclusiva con el titular de la Arquidiócesis metropolitana, monseñor Jorge Eduardo Scheinig. Varias son las razones. Su posición pastoral es una de ellas, pero también la relación que tuvo con el cardenal en tiempos de estudio en el Arzobispado de Buenos Aires. “Le ayudé a hacer las valijas antes de ir al cónclave”, cuenta en la entrevista que se extendió por casi una hora. En ella intentamos encontrar reflexiones, definiciones y hasta títulos en la palabra del arzobispo que llegó a Mercedes allá por el 2015. A continuación, la entrevista con monseñor Jorge Eduardo.
¿Son tiempos de reflexión para la Iglesia por estos acontecimientos?
Por el fallecimiento de Francisco es un momento de reflexión para muchos, no solo para la Iglesia, creo que el Papa ha sabido captar el interés de muchas personas, de multitudes, porque creo que fue capaz de captar el drama humano. La situación humana social. El Evangelio es para la cuestión humana, no es para teorizaciones muy bonitas de la religión sino para el amor concreto. Él fue siempre a los grandes problemas de siempre y del hoy… de siempre es la vida, es la muerte, la libertad, la esclavitud o la dignidad… hoy son las migraciones, una economía con rostro poco humano más bien orientada a la timba financiera… Por su parte el cónclave capta otra atención. En esto que a los medios le gusta mucho, que es la rosca política que hoy es eclesial y mañana es de los partidos políticos… por esto que levanta situaciones de elección. El próximo Papa veremos cómo ingresa la cuestión humana mundial. Yo lo espero con el corazón abierto y con mucha expectativa. Más allá que me identifico mucho con Francisco y lo que él decía y hacía.
¿El hecho que la Arquidiócesis tenga dependencia directa del Vaticano hace que el nuevo Papa adquiera mayor relevancia que en otras diócesis?
Nosotros no dependemos directamente… yo conocí mucho a Francisco, pero nunca me dijo lo que tenía que hacer. Nunca.
Convengamos que hubo decisiones como su nombramiento, la decisión de ser Arzobispado metropolitano y hasta sanciones a sacerdotes que fueron adoptadas desde el Vaticano.
Si… esas son decisiones que hacen al Papa… pero hay consultas, en cuanto al Gobierno de la diócesis somos independientes. Formamos parte del Colegio Apostólico donde hay como líneas trazadas y después uno camino con toda libertad. A mí el Papa nunca me dijo tenés que hacer esto o lo otro. Para todas las decisiones, previamente se hace un trabajo y yo doy mi opinión, no es que es aséptica… el Papa nos pregunta. Lógicamente yo no puedo hacer nada fuera del Derecho Canónico. El Papa firma, pero le llega un dossier muy detallado y muy trabajado de cada tema. La congregación se asegura cumplir con todo lo que el derecho exige, yo no puedo hacer lo que quiero. El Papa es el obispo de Roma, él no tiene una ordenación distinta a la mía, ahora dentro del Colegio de los Obispos, como quiso Jesús, Pedro estaba distinguido, uno tiene una responsabilidad distinta, es un primero entre pares y nosotros lo reconocemos así. Estamos con Pedro en el mismo nivel, pero también estamos bajo Pedro.
Usted compartió tiempo pastoral y de vida con Bergoglio… ¿nos puede hablar de ello?
Yo viví con él en el año 2011-2012, viví en la curia porque estudié un tema concreto que era la evangelización en las ciudades, yo era de la Diócesis de San Isidro… y me fui al ojo de una ciudad, allí lo conocí al cardenal Bergoglio. Compartí con él la vida. Yo no trabajaba pastoralmente, estudiaba… fueron dos años dedicados al estudio. Pero también salía y compartía mucho con él. También conviví cuando estuve en Santa Marta. Una experiencia irrepetible.
Fueron los años de la elección de Benedicto donde Bergoglio había tenido votos y previo al cónclave donde fue consagrado Sumo Pontífice.
Yo le ayudé a hacer la valija cuando se fue al cónclave después de la renuncia del Papa Benedicto, lo acompañé y fui cuando asumió. Recuerdo cuando fui a Roma no le había dicho que había ido. El había pedido que no fuéramos. Entonces me llama por teléfono y le digo bueno, qué lindo… y vos como estás me pregunta, a cuatro cuadras de tu casa le contesté… viniste, me desobedeciste… y me dijo venite.
¿Y cómo podría definirlo?
El Papa era un hombre muy respetuoso, nunca iba a decir algo de más… El Papa no era chusma, pero era muy comunicativo. Un hombre de una visión muy profunda, muy inteligente… Por ejemplo, voy a decir un ejemplo limitado, pero ejemplo al fin. Hay muchísimos jugadores de fútbol muy buenos… ahora está el amigo Mastantuono, yo soy de Boca… pero ahora Messi o Maradona, son jugadores extraordinarios, literatos hay muchísimos, pero Borges, Sábato, Vargas Llosa… siempre hay algunos que se destacan… este hombre se destacaba.
¿Entonces usted veía en ese hombre distinto que podía estar el Papa?
Yo sí, él no… él se preparaba para terminar en su hogar sacerdotal de Buenos Aires. Yo descubrí a una persona trabajada interiormente, muy concentrado, ya como cardenal no tenía ninguna distracción, siempre muy entregado a su misión… era admirable. Siempre concentrado en las cosas de la iglesia y del Mundo en su medida como cardenal. Eso como Papa lo recontra triplicó. El Papa era un gran trabajador y tenía capacidades para hacerlo… Mucha oración, mucha lectura, muy preparado, muy fino espiritualmente. Una especial comprensión de las situaciones. Un hombre con mucha capacidad de gobierno, en estos puestos nuestros un obispo tiene que tener capacidad de tomar decisiones, pero hay que tener una especial espiritualidad… lo peor que nos podría pasar es que aparezca un Papa superficial.
Hace unos días en el Concejo Deliberante una concejal se preguntaba dónde había estado estos 12 años… como que se había perdido este tiempo del Papa Francisco. ¿Cómo se puede interpretar esto… cómo se explica?
Yo sería más crítico. No es que no prestamos atención… creo que el Papa fue deliberadamente puesto en un lugar en donde su mensaje se parcializó. Creo que esto requiere una autocrítica importante, sino creemos que todo es el azar. El Papa tuvo gestos que a algunos no le gustaron, pero tuvo otros gestos que no se visibilizaron, se visibilizaba la visita de fulano, pero no la de sultano. Eso es intencionado, para mi gusto malintencionado. Si se habla sistemáticamente de una manera eso habla de una intención… Hubo una intención de ponerlo a jugar de un lado de una grieta que hacía que su mensaje sea parcial y esa propaganda que se hizo del mensaje del Papa mucha gente la compró.
¿Se refiere a cuando se lo tildaba del Papa comunista… o el representante del maligno en la tierra?
Se dijeron muchas cosas, algunas sutiles, donde se lo descalificaba, la descalificación tenía una intención, no queremos escucharte, no queremos verte, no tenés autoridad para hablar, dejarlo afuera de la realidad argentina. Yo te aseguro que no es así… uno no tiene ni idea de lo que es ser Papa del mundo. Uno creía que el Papa estaba todo el día pensando en Argentina, pero no podía y no debía hacerlo. El Papa era de nacionalidad argentina, pero era de la Iglesia Universal… los problemas del mundo árabe, de Rusia, Ucrania, China, pendiente de los migrantes… no es que estaba todo el día pensando en la Argentina. El mensaje del Papa estaba en sus cartas, en sus encíclicas…
¿Y esta era una cuestión propia de la Argentina?
No es propia de la Argentina… en Estados Unidos también sucedía. El mundo está jugando su futuro y algunos lo piensan desde lugares muy egoístas. El Papa tenía una mirada del bien común que no todos los políticos tienen. Hoy pareciera ser que muchos cuestionan los fondos y las formas, hasta la democracia cuestionan, se está jugando fuerte en eso… y quienes lo hacen son de derecha y de izquierda.
¿Esos intereses también se cuelan en el cónclave?
Seguramente que se hablan esos intereses en el cónclave. El Papa universalizó el cónclave con presencia de lugares más pequeños… No poner 20 cardenales de una potencia y pocos cardenales de países pobres. Igual no creo que se hablen directamente.
Lo que decía de ponerlo de un lado de la grieta, de las intencionalidades, ¿cuánto influyó para que el Papa no visite la Argentina?
No me parece que las criticas hayan influido, él quiso venir, pero no vio el momento oportuno. Entiendo el enojo de muchos… creo que el Papa calibraría que no lo usaran, usar lo iban a usar… pero sus viajes son viajes pastorales, si ves los viajes del Papa fue a lugares periféricos. Creo que al Papa le quedó pendiente su viaje, se murió sin venir, no es que no quería venir. No vio el momento.
Debo preguntarle porqué no se suspendieron las clases en las escuelas católicas tras el fallecimiento de Francisco.
Yo no tomé la decisión, la tomó la JUREC (Junta Regional de Educación), pero la tomaron supuestamente porque también está bien que el Papa esté presente en las escuelas. No la tomé yo la decisión, no me preguntaron. No me lavo las manos, fue así. Si le preguntaban al Papa creo que hubiese dicho que sigan estudiando.
Hace algunos días vimos un pedido de ayuda solidaria de alimentos para el seminario. ¿Hay complicaciones económicas en la Arquidiócesis?
(sonríe)… Estamos pidiendo porque es muy cara la comida. Hay un aporte al seminario… por año… pero creo que no llega a medio millón de pesos, por todo concepto. Yo no tengo aportes del Estado. Cuando recibía aportes hace tres años que decían que ganábamos como un juez, mi último aporte fue de 50 mil pesos. En esto hay todo un imaginario, mi sueldo es de 560 mil pesos… Pero yo vivo bárbaro… Pero mantener el Arzobispado cuesta mucho. Las donaciones bajaron mucho… Nosotros no tenemos tantos donantes, tendremos que ser como decía Francisco, una Iglesia pobre para los pobres.
Ahora sin aportes hay cuestiones que se siguen agravando como la situación edilicia de la Catedral. ¿Tenían tramitado un subsidio para su reparación?
Hemos tramitado muchísimo ese subsidio para la iglesia Catedral, porque en cualquier momento el edificio cruje y vamos a tener que cerrarlo. Todo edificio necesita un mantenimiento y no es tan fácil mantener un edificio de esas características, y nosotros hemos pedido como cualquier hijo de vecino. Yo cuando llegué a la diocesis había una promesa que nunca cumplieron. Es un monumento histórico… Creo que la puesta en valor de este edificio está en 1.400 millones de pesos. La recaudación de un fin de semana puede llegar a 200 mil pesos. El día que venga alguien y me diga que se está desmoronando cerramos. No voy a exponer a la gente… Uno tiene que moverse, y me muevo con el Gobierno. Pero la Argentina está pobre, yo entiendo… a mí me da cosa pedirle al Gobierno 1.400 millones de pesos para arreglar la catedral cuando hay tantas necesidades. Son decisiones muy difíciles. Por ahora tira…
Muchas veces pasa por buenas relaciones políticas, aunque sin duda son otros tiempos…
Yo tengo relación como institución, no puedo no tener relación. Cada gobernante tiene su mundo, los dos nos dedicamos a la vida, desde distinto lugar… y algunas cosas compartimos porque yo tengo interés de la dignidad humana… Tengo diálogo con Juani (Ustarroz), Petracca (intendente de Junín), con Leo (Boto, intendente de Luján) …
Tal vez hablaba de otros niveles… recordará el otorgamiento de un canal de aire para la Arquidiócesis…
(interviene) Eran otras épocas… era otro estilo de obispo.
Es cierto, pero había inversiones como el propio edificio que se encuentra frente a la sede del Arzobispado. ¿Eso se mantiene?
Tenemos dos departamentos allí… yo tengo una estructura que mantener, ¿cómo la mantengo?, alguna entrada lícita tengo que tener. No me puedo dedicar al juego. Para mantener esa estructura que tenga algunas inversiones en alquileres no está mal… sino cómo se hace. Me podrás decir, monseñor baje los niveles de vida, yo te invito a venir a vivir una semana conmigo para ver cómo vivo, a ver si yo estoy con un nivel sobreabundado. No veo ningún cura de los nuestros que viva en la opulencia.
Después de una década en Mercedes como sede del Arzobispado, ¿cómo describe la ciudad?
Creo que es una ciudad pueblo que tiene particularidades que le dan identidad. Yo cuidaría mucho esa identidad de pueblo, de comunidad. Hoy el ser humano necesita de calidad de vida humana. Mercedes es un pueblo o ciudad de dimensión humana, y es tarea de los distintos actores, de todos, cuidarla… Es una ciudad que puede darse el gusto de generar vida digna para todos. Comparto mucho esa idea de fraternidad humana y amistad social. Tenemos que tener una mirada muy generosa del bien común. No son tiempos fáciles los que se vienen, no solo para Argentina sino para el mundo. Mercedes tiene una identidad que favorecería la fraternidad. Y eso se logra si los que convivimos desde distintos niveles de participación dialogamos… la cultura del encuentro necesita diálogo entre los distintos.