El miércoles 28 de noviembre un grupo de adultos mayores que realizan los cursos de PAMI de Historia Local a cargo de Guido Ortubia y de Arte con la profesora Paula Cesaro, visitaron la casa donde vivió el reconocido artista Octimio Landi. Fueron recibidos por su esposa Quita Landi quien con sus vitales 101 años los sorprendió con su sabiduría, amabilidad y amor a su querido Chichí, fallecido en 2005.

Carmen Guinot, alumna de los cursos y amiga del matrimonio relató que  fue la culminación de un trabajo de investigación y conocimiento de la obra del artista. El recorrido por la casa es deslumbrante ya que cada habitación, rinconcito, estante, abertura posee una obra o está intervenida con ornamentaciones por la mano creativa de Octimio que desarrolló múltiples disciplinas artísticas: pinturas y dibujos al óleo, pastel, tiza pastel; grabados; esculturas en madera, cemento, yeso, cerámica y con materiales de desechos industriales; esmaltado de azulejos.  Son más de 700 obras que están protegidas por Ordenanza N º 8455/ 2020 ya que fueron declaradas de interés patrimonial por la Comisión Municipal del Patrimonio Cultural y Natural de Mercedes en el centenario del natalicio del artista.

La artista plástica y ex coordinadora de Museos, Marcela Brown, quien integró la Comisión de Patrimonio explicó la importancia del acto de patrimonialización además de exhibir el inventario realizado por la Dirección de Cultura. Este fue un primer paso para cumplir con el deseo de Octimio de que ese lugar cuando ellos ya no estén sea “un museo y un espacio para la cultura y el arte, sobre todo para niños y jóvenes carenciados” así lo expresa su esposa quien mantiene vivo el deseo de su marido. Los presentes escucharon atentamente cómo se deberá llevar adelante ese deseo cuando ella no esté,  se habla sobre los pasos y los plazos que están establecidos por acta notarial.

Está a la vista que tenemos Quita para rato. Conocerla, escucharla y disfrutar de sus anécdotas e historias es un mimo al alma. Con su memoria intacta muestra una fotografía en sepia y señala dónde están ella con 5 años  y su hermana en una comparsa para los corsos del  1927.

Luego de recorrer el taller, biblioteca, todas las habitaciones, patio y terraza, guiados por Ricardo Bartolomeo, discípulo de Octimio y como un hijo para Quita, el grupo se despide. Hombres y mujeres se van con el corazón lleno de paz y esperanza que Quita  transmite, sintiendo la presencia viva de Octimio y el privilegio de haber sido partícipes de un momento inolvidable.

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