“Mercedes nel mio cuore”

Por Fernando Pachiani

En 1999 se fue de Mercedes. Hoy reside en Auronzo di Cadore, un pueblo en el norte de Italia a 900 metros sobre el nivel del mar, donde es un famoso parrillero de un restaurante del pueblo.

Destino Europa

“En noviembre de 1999, después de mi paso por el canal Santa María, decidí venirme para Europa, exactamente a España – comienza a contarnos el “Tojo”- como lo conocen todos.

El motivo fue que quería un cambio rotundo. Quería tener nuevas experiencias, tener otras oportunidades de trabajo. Conocer el mundo. La verdad es esa.

Cuando me fui de Mercedes fui a España primeramente. Tenía un contacto que había hecho en Barcelona, pero como venía con la familia, se tenía que hablar catalán así que me fui para Málaga a buscar nuevos horizontes. 

Costó al primer año pero después bueno… Costó porque no tenía papeles para trabajar. El primer año trabajé pero en negro, no era regularizada mi situación, sin contrato…

Estaba con mi mujer de entonces, Norma Rizzo y María Eugenia, mi hija.

La situación fue difícil al comienzo. Además dejaba en Mercedes a toda mi familia, padre, hijos, hermanos, todo. Cada año regresaba a Mercedes por eso. Tengo dos hijos en Mercedes: Lucas y Joaquín Bernardez.

Luego en el 2011 cuando ya había empezado la crisis económica en 2009 y no se ganaba tan bien, y como Italia estaba mejor y tenía más oportunidades, decidí venir para Italia.

En España trabajaba de cocinero y cuando me cansaba trabajaba de electricista. Hacía carnes a la parrilla, así que estaba bien.

Me ofrecieron trabajo en Italia como parrillero y acá llevo trabajando desde el 2011” – cuenta.

El parrillero

“Como te decía ahora vivo en la montaña, exactamente en Los Alpes, en un pueblo que se llama Auronzo di Cadore, y está a casi 900 metros sobre el nivel del mar. Son más o menos unos 3000 habitantes. Yo vivo en el pueblo, a 200 metros de mi trabajo. Ahora estoy solo, cerca del lago Santa Caterina. Estoy en una montaña muy famosa, lastres cimas del Lavaredo, Misurina, norte de Italia, a 30 km de Austria, a 2 mil metros sobre el nivel del mar. Acá hay una paz… Es un valle con el lago, rodeado de montañas y bosques… En dos minutos estás a mil o dos mil metros de altura… Una paz total.

Soy parrillero en un restaurante aquí que se llama Burchiello, que era el nombre de una barca antigua que se usaba en Venecia.

Como parrillero soy muy famoso porque cocino carne argentina que me la hago traer con un amigo que es importador  y cada dos meses me hago mandar 200 o 300 kg de carne.

Hay muchos turistas acá, y siempre hacemos 100 cubiertos por día – señala.

Por supuesto como saben que soy argentino me piden mucho el bife de chorizo, argentino, que acá le dicen vacha (por vaca), o el entrecot, o roastbeef. La entraña es famosísima. Hay distintas recetas, con la pimienta, la provenzal. Acá lo comen a media cocción. Les encanta manjar la carne. Pero las achuras acá las tiran, después del tema de la vaca loca. No se puede más. Me conocen, preguntan por mí, me llena de satisfacción. Me dicen el gaucho. Y por eso yo cuido  mi pelo largo, mi barba que me hago la trenza… Tengo mis bombachas de campo. A veces chaqueta de cuero, la bandana en la cabeza… o el sombrero…

Y como es un restaurante muy conocido han venido muchos famosos. Por ejemplo han venido jugadores de fútbol: como el “Tucu” Correa, Gonzalo Escalante. Pero una vez le cociné a todo el plantel de la Lazio. Pepe Reina y el Tucu Correa querían comer carne argentina, así que vinieron y les hice” – cuenta.

Los recuerdos de Mercedes

“Si bien ya hace unos cuantos años que me fui, siempre  recordaré a Mercedes. Crecí en el barrio industrial, en la 35 y 6, que mis padres tenían el almacén. Mi papá tenía el bar en el Club Belgrano. Nos habíamos mudado a la 39 y 6, y todos los días llegaba el maicero, el tren, e íbamos a buscarlo para venderlo. El tren de carga, cuando llegaba a la estación vieja, íbamos a limpiarlo y juntábamos lo que quedaba dentro y con eso nos pagábamos las golosinas, la coca cola, cuando éramos chicos… En medio hora lo limpiábamos, incluso las tolvas. Con varios amigos del barrio lo hacíamos, a los 12 o 13 años. Después se lo vendíamos a Bacigalupo, que él vendía maíz y nos compraba a nosotros.

Recuerdo también mis años como deportista, donde jugué para el Club Mercedes 2 o 3 años. Después hice el servicio militar en Mercedes. Me dieron la baja un mes antes de lo que pasó en la Tablada. 

Después quise seguir la universidad,  Ingeniería Electrónica era mi carrera, pero tenía que trabajar para pagarme el estudio…

Después trabajé en la tv local, concretamente en el Canal Santa María cuando estaba en la 24 y 25. Después estuvo detrás de la iglesia, y después en el seminario. 

En Santa María hacía de camarógrafo, preparaba la programación, me gustaba. Pero me vine a Europa con un contacto con una productora para hacer el programa pero no se dio, por el tema del idioma, el catalán, eso fue una barrera…

Cada vez que voy a Mercedes hacemos el asado con los compañeros del colegio, tenemos un grupo y nos comunicamos siempre.

Mantengo el contacto permanente y tengo a mis amigos allá.

Siempre uno se arrepiente de algo que dejó, pero la vida es así. Gracias a Dios estoy contentísimo y estoy muy bien acá” – concluye.

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