“Me encanta la paz que se siente en Mercedes”

Por Fernando Pachiani

Hace ya varios años que reside en la ciudad de La Plata. Abogada, escritora, ama de casa, madre de tres hijos,  mujer orquesta como se autodefine. 

Sobre todo es una conocida escritora que adoptó el seudónimo de Ethel Mos.

La Plata

“Me vine a vivir acá a los 19 años – comienza a contarnos Mariana. Me vine a estudiar Derecho y me quedé acá. Hice toda la carrera. Soy de todo un poco. Soy docente. Estudié en el Magisterio en el Instituto N° 7.

Mi apellido materno es Oliva. Moscoso es mi papá, «Pepe» el pescador. Mis viejos son un sol los dos, son divinos. Mi hermano también. Tengo una familia hermosa. 

Como te imaginarás cada vez que puedo vuelvo a Mercedes”.

Mercedes

“Cuando voy a mi querida Mercedes lo primero que hago es estar con mi familia, porque los extraño. Sino voy con amigas, nos tomamos unos mates…

Tengo amistades de todos los ámbitos por los que anduve. De la escuela, del Magisterio, de salidas, gente amiga gracias a Dios de todas partes. Hasta ahora voy sumando amigos, no resto.

A mí me encanta el campo de Mercedes, lo tengo tan cerquita, o al Arroyito Frías… Lástima que ahora está el basural al lado, porque es un lugar tan precioso… 

Es una lástima muy grande. Generalmente agarro el auto y me voy al campo, a ver un atardecer, o algún montecito que haya cerca. 

Me encanta la paz que se siente, esa sensación de libertad. En la ciudad se extraña muchísimo el verde, los pajaritos. 

Arranco sin rumbo y paro bajo un árbol. Me gusta el contacto con la naturaleza. Quizás por la educación de mi padre que es pescador. He sido buena pescadora de mojarritas en el Río Luján… (risas)

Mientras mi mamá nos espera con una buena comida. Mamá cocina divino. Tiene altísimo talento culinario. Si hay salamito con vinito y quesito ese es mi papá. 

Cada vez que voy a Mercedes me voy con 4 kilos de más. Mamá cocina muy bien los tucos, y papá es muy buen asador – confiesa.

Según siempre cuenta mi mamá, María del Carmen Oliva, de chica yo era bastante inquieta. Cuestionaba cosas…

Pero también tenía mis cosas raras, por ser inquieta, me golpeaba, me lastimaba seguido…

Pasión por la literatura

“A mí me genera mucho placer leer. Leí toda mi vida. Ahora no tanto porque estoy corta de vista, pero de chica me acostaba todas las noches leyendo, es una de las cosas que más me gusta, junto con dibujar. En la escuela leía con mis amigas a Neruda, Benedetti, eran las lecturas habituales. Teníamos cuadernitos donde escribíamos poemas… Es algo que viene conmigo, escribí siempre.

Tengo pilas de cosas escritas pero nunca lo hacía público, era solo para mí.

De hecho sigo manteniendo todo, todo, todo. Tengo escritos de esa época con hojas amarillas…

Para mí todo eso es un tesoro. Hay gente que atesora plata, yo atesoro escritos. 

En realidad cuando me recibí de abogada empecé a incursionar en la literatura, aunque ya desde los 11 años escribí un poema para un periódico de Gral. Villegas. Tenía una abuela que es oriunda de allá y como me veía que escribía y conocía al director del periódico hicieron que pudiera publicar uno de los tantos poemas que ya escribía en esa época.

En Mercedes publiqué en una antología y en periódicos también, uno que se llamaba «El Desafío». Publiqué en una antología de la Sociedad de Poetas y Escritores Mercedinos Ismael Marcelo Siri. Luego me dediqué a la familia y no me pude hacer más tiempo con la literatura, hasta hace un tiempito que volví a reconectar con eso. Me está yendo muy bien. 

Pero cuando escribí “El hombre gris” sentí que tenía que tener voz, esta sí tenía que publicarse y tener publicidad. Así que me fui a la Feria del libro a buscar editoriales, porque no tenía ni la más pálida idea de cómo hacerlo. Fue muy raro cómo se editó el libro, y pude hacerlo. A partir de ahí empecé a vincularme con la gente que se dedica a la literatura. Estaba con gente que yo veía como muy grosa y ahora me llama la atención poder ser parte de ese grupo. Me siento muy feliz, es como un sueño cumplido, no lo puedo creer. A Dios gracias. Me está yendo muy muy bien.

La novela es de tipo simbólico, está basado en las psicografías de Benjamín Solari Parravicini, y es un análisis profundo de temas de sociología, la política, la filosofía, la economía, es una crítica al sistema, es un libro que hace al lector pensarse a sí mismo, me gusta la historia. El texto juega mucho con la transpersonalización. Arranca con una escritora que describe al personaje, y éste se mira al espejo y comienza un diálogo socrático, se habla sobre el ser, el ente, las personas, qué venimos a hacer acá, y a partir de ese análisis del sujeto se pregunta por la sociedad, la esencia del ser humano… Este personaje se da vuelta y habla con la escritora, y hay un shock. Se desarrolla la teoría de los puntos. Llama a la introspección y a que pueda entenderse como ser humano, y preguntarse si las cosas deberían ser así o de otra manera…

La literatura me ha sorprendido para bien, por ejemplo en el 2021 me sorprendí mucho con una propuesta de que un poema mío se pudiera recitar en el Real Casino de Murcia, España, en un foro poético internacional, representando a mi país, algo muy loco. Debuté como antóloga con 10 escritoras más, por demás de prestigiosas, y por el día de la Mujer acá en La Plata como una de las actividades de la cultura del municipio pude presentar una antología tratando el tema de la mujer, con relatos reales y verídicos de historias de mujeres, editado por SADE Mercedes, un gran libro. Esas cosas que te pasan que no podes creer que te están pasando, y a Dios gracias, siguen pasando y han pasado” – señala.

Ethel Mos

“Mi seudónimo literario tiene que ver conmigo. Ethel es mi segundo nombre, y Mos de Moscoso. Es como Mirtha Legrand… (risas). Yo soy abogada, y cuando escribo me vuelo. Entonces quise separar mi nombre de mi profesión. Cuando uno escribe como abogada el discurso es más técnico. Son dos tipos de trabajo diferente, quise separar un poco la vida profesional a lo literario donde me puedo dar el permiso de ser libre a la hora de narrar o de escribir. Entonces era como una cuestión de separar una cosa de la otra y no dejar de ser yo, porque en definitiva es mi nombre, y respondo a los dos…

Les mando un saludo a todos. A Alicia Castagneto, a Silvana Battista, gran amiga mía, y a toda su familia que viven en Areco. No voy a enumerar a todos…

Y bueno, a mi familia, a toda la prole, y a vos, qué linda charla… Muchísimas gracias por esta entrevista y a toda la gente de Mercedes, que los llevo en el corazón”- concluye.

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Me gusta tu mirada

Me mantiene viva.

Me gustan tus palabras

Me mantienen existente.

Me gusta saber que estás

Porque sé que estoy.

Y quiero seguir

Estando, existiendo

Y viva.

Quiero verte, hablarte y estando.

Para que sigas vivo en mí.

Para que tu existencia sea celebrada

Para que también sepas

Que estoy para lo que precises.

Te ofrezco solo eso,

Y a eso lo entiendo amor.

Toma lo que necesites

Tengo de sobra.

ETHEL MOS.

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